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Doce años inmerso en la industria musical y el teatro han llevado a Carlos Rivera a ser uno de los artistas más queridos por sus fans.

Aunque él se considera penoso, se ha arriesgado a experimentar en su carrera, ya sea para irse a España o adentrarse en nuevos sonidos.

Rivera hace poco confesó que este año era de sueños cumplidos: se le reconoció por más de mil funciones en la obra El Rey León (tanto en Madrid como en la Ciudad de México), debutó como actor en Televisa en El Hotel de los secretos, lanzó su nuevo disco de estudio titulado Yo creo y llevará su canto en vivo hoy en el Auditorio Nacional, pisando por primera vez ese recinto en el cual espera acompañarse por algunos invitados. No conforme, y gracias a la buena recepción, abrió una nueva fecha para el 29 de octubre en el mismo coloso de Reforma.

Las redes sociales se prenden fuego cada vez que hace algo, ya sea subir una fotografía en traje de baño en una playa haciendo notar su cuerpo ejercitado o al confirmar su relación con la también ex académica Cynthia Rodríguez, pues Carlos ha preferido ser reservado en temas personales.

Con el tiempo quiere demostrar que es un artista romántico pero que puede incursionar en otros géneros y ritmos, eso lo demostró en su última producción. Alguna vez fue Franco de Vita el que le dio los ánimos para ir mostrando sus composiciones, pero fue hasta ahora que incluyó la mayoría de las canciones hechas por él.

“Estoy trabajando más que nunca, me pregunto cómo hago tanto a la vez”, dijo hace poco, antes de sufrir un esguince en el pie derecho que le impidió cumplir con su despedida en El Rey León y “cerrar el ciclo”.

Por ello, inmediatamente tomó algunas sesiones de rehabilitación, con láser o electrodos para recuperarse al ciento por ciento o con fisioterapeutas, ortopedistas o médicos deportivos, tal como el kinesiólogo de la Selección Nacional de Futbol.

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