El 13 de octubre Playboy anunció que en sus hojas no habría más desnudos. Dos días después, la filial en México informó que en nuestro país sí habrá celebridades sin ropa.

“En México sigue siendo redituable el negocio de ver a las famosas desnudas, que además no son descuidadas como en Estados Unidos. Playboy llegó tarde a México, aquí no era suficiente mostrar fotos de chicas desnudas sino que había que hacerlo con famosas”, explica Álvaro Gordoa, consultor de imagen pública.

Según Gordoa, para la matriz de la revista no tenía sentido pagar una fortuna por tener en sus páginas, por ejemplo, a Rihanna, quien usualmente se está destapando en redes sociales, o a Jennifer Lawrence, quien solita se toma fotos y luego se las roban.

“En nuestro país todavía hay muchas figuras que son del interés para los caballeros, lo que significa que aún es negocio pagar para que lo hagan. Los medios son negocio y hay que buscar formas de vender revistas”, agrega.

Saber cuánto es lo que la revista invierte en convencer a sus elegidas es algo que poco presumen ambas partes. En 2005 se informó que Fabiola Campomanes cobró aproximadamente 700 mil pesos. Las cifras millonarias suenan alrededor de los nombres de Niurka Marcos (5 millones de pesos), Mariana La Barbie Juárez (millón y medio) y hasta Frida Sofía, hija de Alejandra Guzmán (2 millones).

Para Isabel Madow, la más reciente conejita, el hecho de que en México funcione el desnudo es parte del tabú que aún existe; es atractivo por la sensación de que es prohibido.

Ellas, las conejitas. Por las portadas de la publicación mensual han pasado actrices, cantantes y una que otra personalidad que ha llamado la atención por alguna coyuntura.

Alfredo Cedillo, director de Playboy México, presume que tiene firmadas a sus próximas famosas hasta marzo de 2016. Reconoce que algunas de ellas se han vuelto más fáciles de convencer por toda la exposición que consiguen por el acuerdo “sin ropa”.

Según Álvaro Gordoa, la aparición de las celebridades en las páginas de la revista tiene varios efectos en su imagen pública. “Por ejemplo, si hablamos de Alejandra Guzmán, diríamos que un desnudo de estos abonaría a su leyenda y en todo caso sería congruente. Contraste con Jacqueline Bracamontes, su imagen está relacionada con elementos contrarios a un desnudo, causaría un gran escándalo”, explica Gordoa.

Para enero de 2016, Tania Reza, conductora de Televisa que estuvo en medio de un escándalo por acoso sexual, aparecerá en las páginas de la publicación. Ella es parte de figuras que han nacido con base en una polémica.

Otro ejemplo es el de Daiana Guzmán, la chica que estuvo involucrada en un escándalo sexual con Kalimba. “Ellas tienen que aprovechar la oportunidad, porque se convierten en infames, personalidades que son conocidas por sus escándalos y no por sus talentos”, explica Gordoa.

El especialista considera que cada famosa debe saber cómo utilizar su participación en la revista, para abonar lo mejor a su imagen pública.

“A veces se puede salir de control cuando no saben manejar este tipo de propuestas, cuando evidentemente lo están haciendo por dinero; la gran mayoría de las famosas dicen: ‘es un regalo que me quería hacer, las fotos son muy artísticas’. Al contrario, tendrían que salir a aceptar abiertamente: sí es algo que quiero hacer y me ofrecieron buen dinero; finalmente estamos trabajando y ojalá que disfruten mis fotos”.

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