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Nueva York.— El magnate y precandidato presidencial estadounidense Donald Trump aprovechó el sábado para reírse de sí mismo durante su participación en uno de los programas de mayor audiencia, que estuvo precedida de una fuerte polémica.
Trump, de 69 años, uno de los aspirantes republicanos a la Casa Blanca, fue anfitrión del programa Saturday Night Live (SNL), en la cadena NBC, que durante hora y media ofreció una visión cómica del empresario.
Ya desde el comienzo dejó claro que era una “persona maravillosa”, un “tipo simpático” que aspira a llegar a la Casa Blanca, y sólo estaban actuando como anfitrión de SNL porque no tenía “nada brillante que hacer”.
Parte de la sátira incluyó una parodia de reunión presidencial dos años después de su llegada al poder, acompañado por actores representando a distintos altos funcionarios, pero también estaba su hija Ivanka, que habla sobre la remodelación de la Casa Blanca.
Y también aparece un actor personificando al presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, entregándole a Trump un cheque con un supuesto pago sobre el muro que hace meses prometió construir entre México y Estados Unidos para evitar el ingreso ilegal de inmigrantes, y que, según sostiene Trump, pagaría México.
Trump, acostumbrado desde hace años a las cámaras de televisión, aceptó también con humor el grito de “racista” que le hizo uno de los actores del programa, Larry David. “Me dijeron que si gritaba ‘racista’ me darían 5 mil dólares”, dijo David. “Como hombre de negocios, lo respeto”, respondió Trump.
Al parecer, la escena surge de la promesa que hizo una organización para pagar esa suma. Mientras se grababa el programa dos centenares de personas se presentaron frente a los estudios de la cadena con carteles pidiendo a Trump que “pare el odio” y a NBC que “plantara a Trump”.