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El platillo es delicioso, la decoración crea una atmósfera muy ad hoc que se potencia con la música. ¿Dónde quedan los problemas cuando uno está en un club nocturno? Es una pregunta que nadie se plantea pero todos advierten inconscientemente mientras, con sus movimientos, confluyen en un mismo lugar para disfrutar la velada.
Existe una cantidad de bares y antros en la ciudad que bien podría restarle importancia a lo que nos abruma en la cotidianidad e incluso trasladarnos a otras partes del orbe.
Razones sobran: ricos menús, ambientes y hasta el peculiar sonido en cada sitio sirven de plataforma para disfrutar de una velada cosmopolita. Si estás buscando lugares con una propuesta que salga de lo ordinario, en esta guía encontrarás algunos de los secretos mejor escondidos de la capital que te harán sentir un ciudadano global.
Déjate conquistar por el jazz. El Zinco Jazz Club es toda una experiencia desde antes de entrar. Ubicado en el corazón de la ciudad, este sitio es el punto de reunión de las personas que buscan buena música acompañada de un rico trago, pero también remite al pasado entre paredes que todavía albergan puertas de bóvedas de lo que hace algunos ayeres fue parte del Banco de México.
Una pequeña pero pesada puerta metálica esconde detrás de ella un lugar decorado con madera y cortinas rojas, una barra larga y atención personalizada, que desde un principio te harán sentir que visitas una segunda casa en espera de desconectarte de todo lo que ocurre afuera. El lugar intenta ser un clon muy a su manera del reconocido bar Zinc que se ubica en Nueva York y que atinadamente logra reflejar en cada uno de los detalles.
Cada rincón tiene personalidad propia que bien vale la pena experimentar, seas o no amante del jazz.
“Incluso nuestro logo basa su diseño en los aspectos arquitectónicos del edificio; la ambientación y los muebles fueron hechos para emular el village vanguard, que fue básicamente el primer club de jazz que existió en Nueva York; hasta las mesas son del mismo tono. Uno de los socios vivió allá y quería traer esa semejanza al DF”, cuenta Synthia Franco, la voz en la difusión de este lugar.
Por su escenario han desfilado distintas personalidades del Jazz como Terence Blanchard, Paquito de Rivera, Mark Guiliana y Bob Moses, entre muchos otros, los cuales, se han enterado de boca en boca este secreto musical y no se han resistido a visitarlo.
Si vas con hambre o ganas de un rico trago, en su carta encontrarás desde hamburguesas de arrachera, ceviche estilo peruano, lasagna, hasta la deliciosa rueda de atún sellado. La especialidad de la casa se llama Martinis Manhattan o, si buscas algo más dulce, también hay de sandía o tamarindo.
La reservación previa es necesaria, así como el cover, que a veces varía, dependiendo del día de la semana y la banda que se presente. Una buena opción es asistir cuando se presenta la Zinco Big Band, que toca clásicos del jazz y versiones de boleros con cantantes como Danna Garay.
Eso sí, debes ir preparado para disfrutar de la música y dejar la plática para antes de que los instrumentos metálicos comiencen a soplar en el escenario, acompañado del tempo de las cuerdas y percusiones. La voz te atrapará y te hará olvidar cualquier contrariedad, podrás transportarte a donde te plazca, en especial al sonido que te pongan: ¿Nueva York? ¿Nueva Orleans? Es tu elección.
Niuyorquina. SoHo en el corazón de la Condesa
Los sillones estilo vintage y focos color tenue desprenden un tono cálido que muestran el lado antiguo, misterioso y también elegante del bar, además, resalta con las paredes tapizadas de algunas páginas del periódico The New York Times.
Niuyorquina Bar es un sitio inspirado en la ciudad de los rascacielos. Al puro estilo underground, parece que mientras se camina por el lugar, automáticamente, uno se trasladas por los pasillos de las estaciones del metro de Nueva York, pasando por los bares de SoHo u otras opciones, ya sea de Lower East Side o Greenwith Village.
Al igual que la ciudad, este bar nunca duerme; los martes y miércoles se disfruta de bandas en vivo que convierten el lugar en una fiesta de jazz, funk y blues; en contraste con los jueves, viernes y sábados, que es cuando se sube el volumen a 16 mil wats de potencia y el ritmo explota en forma de música electrónica, hip hop y música para bailar durante toda la noche.
La apuesta de Niuyorquina Bar es la fusión entre ginebra y aguas quinas que el menú ofrece para los visitantes. Cada quincena se renuevan los tragos elaborados a base de jarabes, frutas y especias; algunos sabores que Niuyorquina ofrece son ginebras con durazno y gordolobo, jamaica con chile serrano, durazno con cebolla y también lichi con zarzamora.
"Es una ciudad cosmopolita, aquí todos puden entrar porque es Nueva York, tengo clientes a partir de los 20 años, hasta casi los 60 años", comenta el gerente Daniel Alvarado.
Terraza CCE. Nuevo León 73, Colonia Condesa. Teléfono 5211 8035. www.caradura.mx
Rhodesia. África con mucho beat
Situado en una casona que se construyó al principio del siglo XX, Rhodesia nació con la premisa de ser un antro que rindiera homenaje a África, ya que en aquel continente fue donde surgieron los beats, además de ritmos antillanos y percusivos que ahora conforman la raíz de la música que este club busca promover: el dutch house.
El lugar pretende captar un fragmento de la historia del África moderna, como fue Rhodesia, nombre que adoptó una colonia del sur de este continente cuando se independizó del Reino Unido, luego de que este país les prohibiera reunirse para festejar a sus ancestros. Este club busca la revancha y lo hace posible.
La decoración se inspira en este pueblo y retoma colores en sepia, galgos, la selva y el lujo africano, a través de los tres pisos del recinto. Además de contar con DJ de base, como Juan Soto, Julián de Disco Ruido, y Capri, Rhodesia se caracteriza por traer a artistas como Justice, Julio Bashmore y Voice Noise, que posicionó rápidamente a este club underground.
Festejo independiente. Durango 181, Roma Norte. Cuauhtémoc. Horarios: mié-sáb 23:00 a 4:30 hrs. Teléfono: 5533 8208.
Artic Bar. Un frío irónico que sube la temperatura
El ártico en pleno Distrito Federal. Sillones, chimeneas (sin encender, por supuesto), hombres de hielo y bebidas servidas en vasos traslúcidos (más grandes que la palma de una mano), que adquieren un corazón de color dependiendo de la bebida.
Artic Bar es un concepto del extranjero que materializa un lugar de paredes, muebles y barras de hielo. Alrededor, luces detrás de las paredes recuerdan a neones, y esculturas en material frío amenizan el ambiente.
A diferencia de otros antros para la gente que se divierte después de la puesta del sol, este lugar controla la temperatura para que, aunque el frío esté presente, el baile, el ligue y la música sean complementados por la frescura.
Aunque existen algunos lugares así en Estados Unidos, en nuestro país (y en toda Latinoamérica), los sitios de entretenimiento basados en el cambio de temperatura y materiales exóticos (el hielo en este caso) son muy escasos, sobre todo en el mundo de habla hispana.
Dividido en dos secciones, el establecimiento contiene un cuarto donde se disfruta a temperatura regular (con la sensación de frescura), y otro, el más especial, “La Nevera”, donde ésta oscila en los 15 grados bajo cero, lo que le da una intensidad especial a los martinis, cócteles y shots.
La música, a cargo de un DJ experimentado, recorre los ritmos electrónicos, el rock y el pop. En la zona fría, los clientes disfrutan del sonido mientras exhalan vapor de sus boca.
¡Ley del hielo! Av. Nuevo León 73 2o Piso, Cuauhtémoc, Condesa. Jueves a sábado, 21:00- 2:30 horas. Cover: $200 articbar.mx