Una biografía de Judy Garland, escrita por su antiguo agente Stevie Phillips, expone oscuros detalles de la vida de la fallecida estrella hollywoodense, quien agobiada por sus adicciones incluso se habría prendido fuego antes de un concierto.
Phillips tenía 25 años cuando empezó a trabajar para como "tour manager" de la actriz y cantante en la que era su gira que marcaba su regreso a los escenarios, justo cuando la diva del cine se posicionaba como figura de la televisión.
"Era una mujer exigente, una drogadicta con un talento supremo, una demente cuya dieta era un cóctel de pastillas regadas con botellas de Liebfraumilch (un vino blanco y semidulce alemán)", recuerda el hombre sobre la protagonista de "El mago de Oz".
En el texto, Stevie Phillips relata un episodio que sucedió cuando sólo llevaba diez meses trabajando con Garland: La mujer se prendió fuego al interior de su habitación en el Hotel Plaza de Nueva York.
Según detalla, cuando procedía a vestirse, la madre de Liza Minelli se puso un cigarro en la boca, prendió un fósforo y "sorprendentemente se prendió el camisón de naylon color azul pálido".
El incidente no pasó a mayores porque Phillips sofocó las llamas con unas frazadas, pero la actriz igual quedó con algunas quemaduras en sus piernas. "Lo único que dijo después de eso fue 'mejor me pongo medias'", indica.
Otro momento dificíl en la vida de Judy Garland del que fue testigo ocurrió en Boston, donde la estrella de cine se cortó la muñeca izquierda y manchó con su sangre a su entonces agente.
"Me quedé horrorizado", recuerda en el libro, donde además comenta que tras ser vendada por un médico David Begelman, jefe de Phillips y amante de Garland, le dio un billete de 100 dólares para que comprara pulseras que ocultaran el vendaje.
En el texto se detalla su lucha contra las drogas y su gusto por el sexo lésbico, lo que para el autor sólo era una señal de su intento desesperado por sentirse amada. Judy Garland murió el 22 de junio de 1969, cuando tenía sólo 47 años.
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