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jose.montoya@eluniversal.com.mx
Salvar al mundo no es su única pasión. Ezra Miller, quien da vida a Flash en el nuevo filme de DC Comics, La liga de la justicia, tiene otra debilidad en su vida: la música, carrera que si bien no ha transcurrido a la velocidad del superhéroe, le da la misma satisfacción.
El actor de 24 años, nacido en Wyckoff, Nueva Jersey, recuerda que tuvo dificultad para hablar en su infancia; como sea, decidió estudiar ópera y entró a la Ópera Metropolitana de Nueva York, pero puso en pausa esta faceta cuando debutó como actor a los 16 años en la película Afterschool con tan sólo 16 años.
Con su entrada a Hollywood, llegaron filmes como Las ventajas de ser invisible, con Emma Watson; Criaturas fantásticas y dónde encontrarlas, y recientemente interpretar a Barry Allen (Flash) al lado de Gal Gadot y Ben Affleck.
Pero ahora el actor retoma su amor por la música con el grupo Sons of an Illustrious Father, integrado desde hace seis años también por sus amigos de la infancia Lilah Larson y Josh Aubin; juntos, tocan en bares o cualquier foro que los requiera en Los Ángeles, Nueva York y otras ciudades.
El lugar es lo de menos, pero para el actor los bares pequeños y que no necesariamente llamen la atención de la prensa les ha permitido desarrollar una dinámica, además de amistosa, musical.
Todos tocan, todos componen y todos cantan al momento de pisar el escenario. Esto, coinciden, ha conseguido sacar lo mejor de cada uno de ellos. “El mejor es el amor, que es también el peor. ¡Yeah! Qué tormento y comodidad es amar tan profundamente. ¡Qué intensos sentimientos!”, expresa Ezra.
El histrión admite que atravesar la adolescencia con sus compañeros del grupo fue una misión que los ha ayudado a crecer como personas.
“El amor entre nosotros ha crecido y nuestras manías han disminuido, pero las habilidades de comunicarnos entre nosotros han tenido un largo camino. A su lado atravesé la pubertad y fue bastante intensa Y Josh se ha expandido, lo que quiere decir que todo ha cambiado entre nosotros”.
Lilah agradece la amistad, pero también recuerda el paso un poco tortuoso de la adolescencia.
“Cuando empezamos éramos adolescentes. Miserables y enojados adolescentes. Así que no nos tratábamos tan bien. Sobretodo no traté a Ezra del todo bien. Pero como hemos crecido juntos, hemos aprendido cómo cuidar a uno del otro, y yo soy una mejor persona después de años de amistad y colaboración con él”, explica Lilah.
Aubin, quien fuera el último en integrarse al grupo, señala que hoy no imagina cómo hacer música sin sus amigos.
“Pero compartir la experiencia de hacer arte y estar en un grupo de gira con tus mejores amigos hace que todo sea mucho mejor”.
Es precisamente el nivel de entendimiento que se tienen, dice Ezra, lo que permite que exista una conexión más profunda al momento de componer, ya que además, han estado juntos en los mejores y peores momentos de sus vidas.
“Lo mejor es que tenemos un montón de excusas para pasar tiempo juntos. Y cuando se trata de compartir canciones y trabajar en ellas juntos, todos tenemos un conocimiento íntimo de la vida del otro y podemos realmente entender el contenido y circunstancias de la expresión de la propia personalidad”, explica Lilah.
Más allá de la escena underground, Sons of an Illustration Father define su estilo como genrequeer, haciendo referencia a la palabra genderqueer (que quiere decir intergénero) y que hace alusión a todas aquellas personas que no se identifican en los géneros femeninos, masculinos u homosexuales, pero en realidad van en contra de las etiquetas.
“Lo más difícil ha sido sacudirnos la idea de que somos una banda de folk acústico. Eso no ha sido cierto durante tanto tiempo, pero la gente aún nos describe de esa manera muy a menudo”, agrega Lilah.