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Siempre se dice a sí mismo que algún día hará una película que a nadie guste, comenta Michel Franco, pero espera que no sea la próxima.

“Pienso mucho en el esfuerzo que toma cada que empiezo una nueva; antes de terminar Las hijas de Abril (que estrena el próximo 23 en México) ya estaba comenzando la otra porque, como no soy tan rápido, me tardo un par de años y eso te regresa a la objetividad de volver a empezar.

“Aún no me siento escritor, creo que cada vez sé más lo que hago, pero siempre digo que algún día haré una película mala y ojalá no sea la próxima”, dice el realizador.

Fanático del beisbol y seguidor de los Dodgers de Los Ángeles, Michel ha conectado tres jonrón consecutivos en Cannes, llevándose premios con el mismo número de películas.

En términos de la llamada pelota caliente, podría decirse que este cineasta de 37 años ha tenido un juego casi perfecto, de no ser porque su ópera prima Daniel y Ana, en 2009, se quedó sólo en la nominación.

Pero en 2012, con Después de Lucía, que abordaba el bullying; en 2015, vía el drama Chronic y el mes pasado, por Las hijas de Abril, fue de los que subió al escenario para recibir los premios de Una cierta mirada en un par de ocasiones y Guión, en otra.

Y es en términos deportivos, como se desarrolla la entrevista.

“En los deportes gana el más fuerte, el que tuvo una estrategia más clara, pero en el cine es muy subjetivo cuál es mejor, Las hijas de Abril se llevaron el premio con un jurado de Uma Thurman (Kill Bill), quién sabe si uno diferente lo hubiera dado”, dice.

¿Es malo acostumbrarse a ganar?

(Risas) Creo nunca te acostumbras aunque ganes muchos, a veces también siento que hablo de otra persona. Cuando caigo en cuenta que hay tres premios seguidos en Cannes, siento que le pasó a otro tipo que hace cine y se llama como yo.

¿Anhelas perder? Está la muletilla de los entrenadores que más vale perder, porque aprenden más...

Habría que entender qué es perder. Aquí sería, creo, el equivalente a hacer una película y dar tantas concesiones que ya no sería mía y así, perder dos años de mi vida. Si logro la que yo quiero, aunque no sea exitosa (en taquilla), es mejor.

¿Has analizado por qué has ganado? No es un cine de discursos políticos, de narcos o violencia...

Por un lado son películas universales y que podrían suceder en cualquier ciudad europea o de EU, tienen que ver con familias y la manera en que se relacionan entre sí. El público se identifica con los personajes o conoce gente así.

Uma Thurman me dijo que que alguien del jurado consideró que no era posible que Abril fuera como es y que ella lo detuvo diciéndole que no tenía idea de lo que estaba hablando, porque conocía a más de una Abril.

¿Para tu siguiente equipo vas a contratar a Uma, como en su momento fue con Tim Roth?

Me gustaría, pero falta sentarnos a platicar bien. Platicamos algo y ella dijo que sí, pero necesito conocerla más para ver si podemos coincidir, pero yo creo que sí. Aún no hay nada concreto.

Has ganado tres veces en Cannes y nunca un premio Ariel...

¡El chiste se cuenta solo! La verdad es que no puedo quejarme, la Academia me envió con Después de Lucía a buscar el Goya (donde fue nominado) y al Oscar, y así es esto.

En el beisbol muchas cosas se dicen con señales y mímica ¿cuáles son las tuyas dentro de un set?

Trato de generar una intimidad en el set y no hay visitantes. A veces, si para una escena no hace falta que esté el asistente de dirección, éste se sale sin siquiera pedírselo. Y no se puede estar de mal humor.

El día más difícil que he tenido en mi vida profesional fue en Las hijas de Abril: era una escena en la terminal de camiones y era época de vacaciones; yo no cierro zonas para filmar o uso extras porque siento que se ven falsos, así que ese día o la bebé lloraba o alguien se atravesaba. ¡Fue complicado!

A un deportista exitoso llegan amigos y familiares desconocidos, ¿y a un cineasta triunfador?

En general lo que veo es que la gente en la calle me dice felicidades o qué orgullo, pero todos lo dicen en buena onda y a mí eso me halaga mucho.

A nivel personal en mis relaciones no me ha afectado, la gente que podría acercarse por un interés, uno se da cuenta, pero tampoco hay mucho que sacar (risas) y de repente actores que te buscan para trabajar, pero hasta ahí.

¿Se han recuperado económicamente tus anteriores películas?

Después de Lucía sí, porque se hizo con un presupuesto 10 veces menor a una promedio (entre 25 y 30 millones de pesos), en los otros casos aún siguen en el proceso.

¿Te has puesto a pensar en la inseguridad? Hay quien cree que quien hace cine tiene dinero.

Creo que nadie cree que quienes hacemos cine en México nos enriquecemos, por lo general se tiene que combinar con otras actividades.

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