Más Información
Derechos Humanos CDMX reconoce a Azucena Uresti, Loret de Mola y Héctor de Mauleón; honra su libertad de expresión
Preocupa a organización binacional recorte presupuestal en consulados de EU; piden reforzar presencia
Cárteles mexicanos reclutan a estudiantes de química para producir fentanilo, asegura NYT; buscan crear una droga más fuerte y adictiva
Ambientalistas condenan manejo de fauna en el Tren Maya; “La biodiversidad de México no debe ser sacrificada en nombre del progreso”
Senadores de Morena ven Corredor Interoceánico vital para diversificar comercio; representa un centro estratégico global
En algunos de los más reconocidos filmes de Pedro Infante sus personajes se llamaban igual que él, Pedro. Quizá porque en el fondo sus personajes tenían mucho de él o porque, en el extremo de la simbiosis, él era sus personajes. Durante su carrera, Infante fue muchas cosas: policía, piloto, carpintero, cura, vagabundo y cantante, lo que pocos saben es que en la realidad, antes de ser famoso, el desaparecido actor probó suerte en algunos de estos oficios.
Hoy a 60 años de su muerte se le recuerda como todos aquellos emblemáticos personajes y por sus populares canciones, aunque todos ellos quedan eclipsados por su faceta de ídolo. La carrera del sinaloense fue corta, apenas 14 años. Pero le bastaron para ganarse el cariño, admiración y finalmente la tristeza de los millones que lo vieron partir el 15 de abril de 1957, tras perecer en una fatídico accidente aéreo.
Las leyendas, anécdotas y curiosidades siguen inundando libros, programas especiales y en breve hasta una serie sobre su vida y obra. Para los especialistas, con la muerte de Infante desapareció la Época de Oro del cine: Jorge Negrete había muerto cuatro años antes y Pedro Armendáriz se suicidó poco después.