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El punto de venta para Michael Keaton es la sala de cine, donde el actor nominado al Oscar por Birdman, o la inesperada virtud de la ignorancia y estrella de Batman y Mr. Mom, se acerca a la audiencia a través de su nuevo filme Hambre de poder narrando los claroscuros del fundador de la franquicia McDonald’s.
“Cuando leí esta historia por primera vez me pregunté: ¿por qué es que nadie ha contado esto antes? Esta es una historia clásica del capitalismo. Y todo mundo tiene una referencia con McDonald’s. Como adulto, te puedes sentir o no identificado con sus productos; pero sentirás una conexión que tuviste de niño con esos arcos dorados”, dice Keaton a EL UNIVERSAL.
El actor asume el personaje de Ray Kroc, vendedor de máquinas de malteadas que en 1954, durante un viaje a San Bernardino, California, se topó con los hermanos Richard y Maurice McDonald, quedando prendado de su sistema para cocinar comida rápida.
Hambre de poder es dirigida por John Lee Hancock, responsable de las exitosas cintas biográficas Un sueño posible del jugador de futbol americano Michael Oher y El sueño de Walt, sobre cómo Disney y la autora P.L . Travers llevaron a Mary Poppins al cine.
“Keaton es un actor que siempre asume riesgos y no usa red de protección. Él combina en su actuación su lado carismática –muy útil para su papel de vendedor— con todas las contradicciones de alguien que comienza a usar a los demás y verlos como medios para llegar a algo, sin importar si está rompiendo corazones en el camino. Eso lo vuelve un personaje trágico”, explica Hancock, quien no duda en apuntar y acercar la cámara hasta la amplia sonrisa de Keaton.
El poder del dinero. En la pantalla, aparecen Nick Offerman y John Carroll Lynch como los hermanos McDonald’s, representando el lado visionario del empresario, que despierta un día atrapado en la jaula de un tiburón voraz como Kroc, que justifica siempre sus acciones de expandir los restaurantes por toda la unión americana, como consecuencia de su visión de éxito.
“Hay un lado oscuro en todo esto del sueño americano del que Kroc es parte. Se nos ha olvidado que originalmente el sueño americano era sobre sólo tener una casa y los medios económicos suficientes para tener una casita y los hijos en la escuela, además del auto para llevarlos.
Ahora todo mundo desea ser multimillonario, con mansiones, viajes y autos lujosos.
Eso no puede suceder ni en Estados Unidos, ni resto de mundo, es una misión imposible a conseguir por parte de la mayoría”, critica Keaton.
El actor de 65 años, considera que la única manera de combatir al capitalismo exacerbado, es buscando acercarse a las comunidades: “Hay algo que le criticaban mucho a Barack Obama cuando se lanzó en su primer campaña presidencial. Decían que no tenía experiencia política.
“Y yo digo: ¿qué mejor experiencia que haber trabajado en los barrios, arremangándose la camisa y coordinando a que la gente de distintas procedencias y problemáticas trabajaran juntas? Eso es lo que necesitamos en el mundo”.