Hollywood es una industria que a lo largo de los años se ha distinguido por estar a favor de la multiculturalidad y que se autodefine como liberal.
No es de extrañar que en las últimas décadas la comunidad se haya inclinado en favor del partido demócrata sobre el republicano.
Desde que Donald Trump fue electo como candidato a la presidencia, la comunidad artística mostró su rechazo y más que nunca hicieron una fuerte campaña por la candidata a la presidencia Hillary Clinton.
Tras la derrota de Clinton, actores, directores, guionistas, productores y demás involucrados en el quehacer artístico mostraron su repudio al nuevo gobierno, al que acusan de xenófobo.
Una de estas personalidades fue Meryl Streep, quien en la pasada entrega del Globo de Oro lanzó un poderoso discurso contra Trump y sus políticas de segregación, al referirse al caso en el que el presidente se burló de un reportero extranjero.
“Cuando los poderosos usan su posición para intimidar a otros, todos perdemos”, dijo Streep.
La comunidad artística que se encontraba ahí esa noche —Diego Luna, Denzel Washington, Mel Gibson o Dev Patel, entre otros, que representaban un ramillete de etnias, credos y culturas y que en palabras de Streep es lo que es Hollywood— no hizo más que alabar el discurso.
Hollywood, una de las industrias más fuertes de Estados Unidos, debe su nombre al barrio que lleva su nombre, un lugar ubicado en Los Ángeles, California, territorio conocido por su diversidad étnica, cultural, política y religiosa. Quizá sea esa una de las razones por las que un discurso como el de la tres veces ganadora del Oscar fue tan bien recibido por la comunidad artística y que incluso se volvió tendencia en redes sociales y fue retomado en casi todo el mundo.
Tan sólo unos días después de que Streep recibió su Globo de Oro honorífico, una veintena de actores, entre ellos Emma Stone y Amy Adams, se unieron para interpretar el popular tema de Gloria Gaynor “I will survive”, en clara protesta hacia Donald Trump.
Semanas después, Chelsea Handler, Julianne Moore, Kerry Washington, Charlize Theron y Scarlett Johansson, entre una centena de celebridades más, convocaron a todos los estadounidenses y residentes de aquel país a unirse a La Marcha de las Mujeres.
La manifestación tuvo distintas sedes en la Unión Americana y en ellas se pedía un alto a la discriminación en contra de la mujer, misma que en distintas ocasiones, acusan, fue fomentada por el ahora presidente de Estados Unidos.
La ceremonia de este año será la primera que se realice bajo el gobierno Trump y no es de extrañar que el eje central tenga marcados tintes políticos y que la comunidad artística hable al respecto una vez más.
A diferencia de años anteriores en los que se ha hablado y protestado durante la ceremonia de temas como no a las guerras contra Afganistán e Irak, segregación racial, preferencia sexual, sobre si el Oscar era muy blanco (#oscarSoWhite) o poco incluyente con las mujeres; en esta ocasión como el tema central, se prevé sea la discriminación en todas sus formas y no sólo hacia el color de la piel.
Y es que como dijo en su discurso Meryl —en el que citó a Hugh Laurie—: “Todos aquí pertenecemos a tres de los sectores más denigrados de la sociedad americana en este momento: Hollywood, extranjeros y prensa”.
Esas palabras han hecho que hasta el momento los periodistas y la comunidad artística se unan, sin importar nacionalidad, creencia o lengua.
Por ello se creó el Comité para la Protección de Periodistas que en menos de un día recaudó un cuarto de millón de dólares de casi dos mil donantes; el sitio registró 20 millones de visitas en su portal web y casi 10 mil seguidores en Twitter y Facebook.
Se espera que la mecha prendida por Streep en aquella histórica ocasión del 8 de enero en el Beverly Hilton de Los Ángeles continúe su camino este domingo en el interior del Kodak Teather.
El lugar reunirá a Hollywood, aquel sector que en palabras de la 20 veces nominada al Oscar, convergen “un grupo de personas que vino de un montón de lugares distintos. Hollywood está plagado de marginales y extranjeros”, y es que al final de cuentas, explicó la actriz, “el trabajo del actor radica en hacer de personas distintas a nosotros y lograr que el público sienta lo que interpretamos”