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cesar.huerta@eluniversal.com.mx
Arturo González Villaseñor se molestaba con su equipo de trabajo cada que lo dejaban arrumbado en el set por ayudar a migrantes.
“De pronto pasaba que había un tren increíble para documentar y no tenía ni fotógrafo, ni sonidista, ni productora”, recuerda el cineasta.
“Yo siempre fui el de menos sensibilidad, me costaba trabajo comprender lo que estaba viendo, ellos se iban y me dejaban y eso me molestaba”, agrega.
González Villaseñor y equipo trabajaron durante cuatro años en Llévate mis amores, documental que estrena el viernes, teniendo como hilo conductor la labor que hacía un puñado de mujeres, quienes aventaban bolsas con comida a los migrantes que pasaban en tren.
Las ciudades de México, Guadalajara y Monterrey serán las primeras en verlas en cine comercial.
En la producción se ven, entre otras cosas, el caso de hombre que se cae de la locomotora o el que pierde una pierna: el machismo de algunos y su abuso.
“El hecho de aventar las bolsas con comida es humanitario, se puede contar en cinco minutos, pero nosotros queríamos ir más allás de eso”, relata González Villaseñor.
“Un documental no tiene un límite, nunca se termina, teníamos nosotros 90 horas, queríamos ver que estas mujeres son humanas, no tienen superpoderes y ellas mismas se van definiendo”, expresa.
Llévate mis amores fue parte de la Gira de Documentales Ambulante 2015, recorriendo una tercera parte de la República mexicana y cosechando críticas favorables.
Lo que se ve en él prácticamente quedará como testimonio histórico, pues al incrementar las autoridades su vigilancia en la frontera sur, prácticamente los migrantes ya no suben a trenes.
Muchos llegan caminado y son recibidos en el comedor de las llamadas Patronas.
Con universidades. En Estados Unidos se ve la posiblidad de que la película tenga un circuito por universidades, donde ha llamado la atención la temática.
“O que simplemente quede en DVD en su archivo”, expresa el director, egresado por la UAM.
“Se cree que alimenta mucho la manera de ver a los migrantes, de saber quiénes son los que ayudaron a los padres o abuelos de quienes ya nacieron allá”, precisa.
Paralelamente, Piano, la distribuidora en México, se encuentra tendiendo lazos para llevarla a zonas donde generalmente no llega este tipo de cine.
En Baja California, por ejemplo, se contempla algo con el Colegio de la Frontera.
González Villaseñor subraya que el objetivo de Llévate mis amores nunca fue promocionar o buscar fondos para la actividad de las mujeres, pero se ha dado.
“En Europa lo ven y quieren venir a ayudar”, comenta.