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cesar.huerta@eluniversal.com.mx
El día que Alfonso Arau llegó al comedor de la película hollywoodense The wild bunch, bajo la dirección de Sam Peckinpah, prácticamente armó una revolución.
Era 1969 y el entonces actor había sido contratado para un pequeño papel, en lo que sería conocido en español como el western de La pandilla salvaje, ya clásico.
“Ví que en un lado estaban los estadounidenses y en otros los mexicanos, dije, esto no puede ser; lo platiqué con los demás y me fui al hotel para hablar con la ANDA (Asociación de Actores) para decirles que cómo pemitían eso.
“Se armó el escándalo en la prensa y al día siguiente se arregló todo. Entonces llega Sam y me dice ‘are you the revolutionary’, le digo que ‘yes’ y responde: bravou; él era también así, todo el tiempo se peleaba con el productor”, narra divertido.
A partir de ahí, recuerda en un encuentro con el público en Cineteca Nacional, fue como una especie de hijo profesional para el realizador.
Arau se encontraba preparando su debut como director con El águila descalza y estaba absorbiendo.
“¡Mi papel duró cuatro semanas y por él, estuve 34!”, apunta.
Entre cliché y astrología. Precisamente de Peckinpah entendió que los clichés no eran malos en cine.
“Él decía que eran maravillosos, porque el público se identifica inmediatamente con ellos.
“Decía que basta ver que en todas las películas había una muerte, una boda, una escena de cama, una separación y eso ya eran clichés, pero lo que debía hacerse en la carrera de un director era adoptar el cliché y trabajarlo de manera distinta”, destaca.
La astrología también ha jugado parte importante en su carrera.
Como agua para chocolate que ganó cerca de 20 premios nacionales e internacionales, así como nominaciones al BAFTA y Globo de Oro, es muestra de ello.
Resulta que Laura Esquivel, entonces su esposa y quien sería autora de la novela original, tenía en Giovannita, la astróloga, a una amiga.
“Ella le había dicho a Laura que estaba predestinada a hacer una novela y se lo decía cada año y un día le dijo que debía ser ese y sacarlo antes del 31 de diciembre, para que las cosas funcionaran y, si no lo hacía, mejor ya no le volviera a hablar”, narra Arau.
“Total, que sacamos un préstamo, se editó y salió una edición numerada, lo demás, ustedes ya lo saben”, apuntó el director.
Actualmente la Cineteca presenta una retrospectiva de Alfonso.