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Una única noche en cartel para recordar una noche única, así llegarán mañana The Rolling Stones a los cines de todo el mundo con el documental sobre su histórico concierto en La Habana, evitando por unas horas el duelo en taquilla con la producción de Ron Howard sobre los inicios de The Beatles.
Algo más de unos 920 mil dólares ha registrado a nivel internacional "The Beatles: Eight Days a Week", seis días después de un estreno azuzado por un intenso despliegue promocional y por el mismo truco de pase limitadísimo, ya que, tal y como se anunció, hoy se celebrarán sus últimas proyecciones en salas.
"Havana Moon, the Rolling Stones Live in Cuba", dirigida por Paul Dugdale, estará aún menos tiempo en cartel, no más de 24 horas, con "contenido exclusivo que solo podrá verse" mañana -desde Reino Unido a Japón, pasando por Latinoamérica o Rusia-, aunque se retrasará en algunos países, como Brasil, a cuyas salas llegará el 6 de octubre.
No habrá coincidencia en cartel, pero el morbo por reeditar aquella supuesta rivalidad de antaño entre las dos mayores bandas de la música británica no impedirá examinar las cifras cosechadas, tanto en asistencia de público, como en el veredicto de los críticos, que en los últimos años han celebrado títulos como "Amy".
Para Luis Hidalgo, director del festival In-Edit (la cita más importante de España en torno a este género), el hecho de que la batalla ahora se libre en el terreno del documental musical se debe a que "la industria ha descubierto un gran arma para atraer público y descubrirle música" y al deseo de "seguir rentabilizando unos nombres cuya historia está ya más que explicada".
"La película de Howard no muestra nada que no se conozca, más allá de un nuevo concierto limpio, libre de ruidos. De hecho, ya ha habido documentales que les presentaban como introductores de las grandes giras en estadios e inventores de una forma de hacer conciertos que no existía antes", opina Hidalgo.
El escaso metraje inédito del documental sobre los primeros años de éxito de los de Liverpool, de 1963 a 1966, o que se omitan los detalles más intrincados o malsanos de aquellos cuatro jóvenes borrachos de éxito no ha impedido que la mayoría de las reseñas le concedan un notable a la película del director de "Apollo 13", "The Da Vinci Code" o "A Beautiful Mind".
Queda por ver cómo reaccionarán los especialistas ante la obra de Paul Dugdale, joven realizador de videoclips y de documentales nominado a varios premios Grammy y conocido por su trabajo junto a otras estrellas como Adele o Coldplay.
Él ha sido el encargado de glosar en poco más de hora y media la celebrada actuación de los Stones y una entrevista en la que recuerdan, por ejemplo, los problemas logísticos para llevar a cabo el concierto en una isla que, además, sufre desde hace décadas el embargo estadounidense.
"Fue simplemente impresionante, un momento increíble ante una marea enorme de gente hasta donde la vista alcanzaba. Para mí, lo más reseñable fue cómo podías palpar el entusiasmo entre todos ellos", recordaba Mick Jagger sobre aquella noche ya mítica del 25 de marzo.
La cita trascendió como un gesto de aperturismo político del castrismo, no solo por tratarse del primer concierto de Sus Satánicas Majestades en Cuba, sino por coincidir con la visita del presidente de EE.UU., Barack Obama, y por reunir a 1,2 millones de personas, 700 mil de ellos en el recinto habilitado y otros 500.000 en el exterior.
"El documental de los Stones me parece peor que el de los Beatles, sobre todo porque se arrogan un papel fuera de lugar, el de salvadores paseando por Latinoamérica. Se presentan casi como los introductores de la democracia en Cuba, pero es indiscutible que han sido muy hábiles con esa estrategia", señala Hidalgo.
Inmortalizado queda, en cualquier caso, un episodio memorable con canciones no menos míticas, de "Jumpin' Jack Flash" a "Satisfaction", temas que miles de personas escucharon aquel día por primera vez, respaldando las palabras de Jagger en pleno concierto: "Finalmente los tiempos están cambiando".
rad