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Diego Luna sabía que no alcanzaría dinero alguno para convencer a Danny Glover de sumarse al elenco de Mr. Pig, si es que éste no era atraído por la historia de un granjero que viaja a México, para reencontrarse con su hija.

“La idea era que dijera: sería bonito contar algo así”, recuerda el actor.

Así que en el primer encuentro los nervios estaban con él.

Ambos coincidieron en un festival de cine y ahí el protagonista de Arma mortal tenía unos minutos para hablar con El Charolastra del proyecto.

Pero prácticamente Glover dio el sí cuando vio en el guión la palabra granjero, sin más característica.

“¡No decía si era negro o no, eso me gustó, el no tener estereotipos y mi abuelo tuvo una granja y cerdos, así que era como vivir lo de él”, expresa Glover en un encuentro con la prensa.

“Ya en el set daba mucha libertad, poder aportar y él solo decía, ok, vamos a hacerlo, era mavilloso porque él sabía lo que quería”, abunda.

Mr. Pig toma su nombre porque en la road movie el personaje viaja acompañado de un cerdo, con el fin de volver a ver a su hija.

Maya Rudolph (Saturday night live), quien encarna a la chica que vive en México, fue también convencida por el guión, que le daba la oportunidad de explorar un personaje en drama.

“Y también soy madre, tengo una hija y tengo una mamá, estaba interesadada en ver cómo cambia la relación de los padres con los hijos, sin darnos cuenta”, expresa.

El largometraje, rodado en locaciones de Jalisco y que llega este fin de semana a las salas es la tercera ficción de Luna tras Abel y Chávez.

Pero fue el más ambicioso en cuanto a necesidades de producción, pues hubo días que cerraban parcialmente carreteras o debían estar atentos al paso de camiones pesados.

“¡Era cuidar a todos!”, rememora Pablo Cruz, productor a través de la compañía Canana, fundada junto con Gael García Bernal y el propio Luna.

“También hay escenas en lancha y no saben lo complicado que es para que la cámara no se mueva o por los mareos de la gente”.

Para aprender. Los mejores directores, dice Luna, son aquellos que fungen como actores.

“Porque te hacen creer que quieren, pero en el fondo no saben”, dice divertido el histrión.

“Un día Alfonso Cuarón (Gravedad) me dijo que la soledad de un director no se compara con la de nadie y yo le dije que le gustaba hacerse la víctima, ¡pero tiene razón, cuando terminas el rodaje se termina la fiesta y todos se van, pero tú como director eres el único cabrón que la sigue haciendo”, apunta.

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