Hace poco más de un año que las calaveras gigantes de Spectre, la nueva aventura de James Bond, podían verse en el Zócalo capitalino y se quedaron en México, pero hoy, ya nada de eso existe.
La razón que es todos fueron destruídos por el tiempo y uno de ellos, fue robado en Iztapalapa.

Los cráneos realizados por un colectivo del Faro de Oriente estaban hechos de cartón con esqueleto de metal y se fueron diluyendo por las lluvias y el clima, al no ser guardadas.

“Aquí en el Faro no teníamos espacio para poder conservarlos y los pusimos un tiempo en la avenida para que la gente las viera”, recuerda José Luis Galicia, subdirector del Faro de Oriente.

“Un día a una le salieron patas y se fue, cuando nos dijeron quién se la había llevado, unos chavos, supimos que fue para venderla por kilo”, refiere.

Los esqueletos gigantes usados en el desfile inicial de la película, fueron enviados a Inglaterra, por petición de la producción.

Cada figura osciló entre los 60 mil y 100 mil pesos.

cvtp

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