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Mickey Rourke tiene otra cara, muy distinta a la que le conocimos en Nueve semanas y media. Claro, desde hace varios años eso no es una novedad, pero incluso ahora está diferente de la vez que lo vimos protagonizar el film El luchador.
Algunos cambios en la fisonomía del actor se debieron a las cirugías que se tuvo que someter, tras su paso por el mundo del boxeo, que claramente no le hizo ningún bien a su apariencia.
Pero entre tanto bisturí y retoque, con los años, Rourke fue perdiendo el rumbo y claramente su rostro se convirtió en un mapa de las buenas y malas decisiones que tomaron los especialistas en quienes confió. Pero, además, el actor también se obsesionó con el tema y sumó algunas horas más al quirófano al hacerse, por ejemplo, un lifting facial, una operación de los párpados y un injerto de pelo.
Esta semana, el actor desfiló por la alfombra roja del estreno del film The Infiltrator, en Nueva York, y, seguramente, más de uno se sorprendió con su nuevo rostro. Sí, pasó otra vez por el quirófano y su look volvió a transformarse.... ¡Está irreconocible!
cvtp