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christian.leon@eluniversal.com.mx
Por primera vez en su historia, ayer el Auditorio Nacional —un recinto acostumbrado a dar la bienvenida a los proyectos musicales más sobresalientes del mundo— recibió a la comunidad cinematográfica nacional.
Lo hizo con una amplia y rojiza alfombra que dio la bienvenida a actores, directores y demás creativos de la industria en la entrega 58 del premio que cada año otorga la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas.
Fue a las 17:15 horas que el coloso de Reforma abrió sus puertas.
Contrario a lo sucedido en ediciones anteriores, en esta ocasión el encarpetado lució glamoroso.
Escotes, esmoquines, vestidos largos y mucho maquillaje fueron las constantes entre los asistentes a la ceremonia, quienes, pese a la inclemencia del día que amenazaba con llover, lucieron prendas elegantes.
El Auditorio recibió a personalidades como Irene Azuela, Daniel Giménez Cacho, Damián Alcárzar, Claudia Ramírez, Sofía Espinosa y Juan Manuel Bernal, entre otros.
El realizador Carlos Bolado fue de los primeros en llegar a la alfombra y, al igual que otros asistentes, enfatizó el beneficio que le trajo a la ceremonia cambiar de sede.
“Bellas Artes es un hermoso recinto y siempre será como la casa de la industria, pero creo que fue una buena decisión de Dolores (Heredia) hacerlo aquí, es un lugar más amplio, en el que puede reunir a más personas y visualmente es espectacular”, dijo.
Claudia Ramírez compartió la opinión de Bolado al afirmar que el cambio que ha presentado la academia desde la administración de Heredia es evidente, pues considera que al hacer una ceremonia aún más grande se da cabida para que más integrantes de la industria se sumen a esta fiesta.
“Dolores dijo, desde que ocupó la presidencia, que quería unir a la industria; creo que eventos tan magnos y majestuosos como éste lo demuestran, ella quería que todos los que hacemos cine, desde técnicos, creativos, realizadores y actores nos uniéramos y estrecháramos lazos, porque eso es algo que no siempre se podía hacer con ceremonias más íntimas y pequeñas”, dijo Claudia Ramírez.
Por su parte, el actor Krystian Ferrer señaló a su paso por el encarpetado que, pese a que reconoce que estar nominado al Ariel en dos ocasiones no le ha dado más trabajo ni mejores oportunidades, es un buen aliento para seguir actuando.
“Es cierto que estar nominado no te abre las puertas para que te paguen mejor o tengas más trabajo, eso es cierto, pero la verdad, verte en estas premiaciones y que la gente reconozca tu trabajo vale la pena”, dijo.