Cerca de 20 mil metros cuadrados utilizados para recrear edificios como el Hotel Regis; arriba de 30 sets construidos, varios de ellos sobre suspensión de aire para tener movimiento telúrico y, más de 400 personas trabajando en conjunto.

Doscientos camiones requeridos con cascajo y basura, además de la revisión de mil 400 horas en video con imágenes sobre el terremoto en la Ciudad de México, en 1985.

Esos son los números que arroja El día del temblor, película dirigida y actuada por Kuno Becker, basada en los hechos ocurridos hace tres décadas y que, según cifras oficiales, causó la muerte de más de 3 mil personas y daños a 30 mil edificios, de los cuales 152, fueron derrumbados.

“El temblor es en tiempo real, los casi dos minutos que duró”, indica Kuno durante el rodaje, “la historia transcurre en las siguientes horas de ese 19 de septiembre, viendo cómo  la gente se organizó para salir adelante”.

Producida por Teté Films y valuada en 60 millones de pesos, la cinta se centra en un ingeniero civil (Armando Hernández), quien por azares de la vida termina como taxista y de pronto se convierte en rescatista.

Kuno es un periodista; Ximena Ayala se transforma en voluntaria; Harold Torres es “Pulga”, en homenaje a los Hombres Topo que sacaban víctimas entre los escombros, y Aurora Papile es la pareja del personaje de Kuno.

“La sociedad fue la que comenzó a solidarizarse para hacer algo y eso es lo que pretendemos llevar a la pantalla”, dice Hernández.

Los efectos. Kuno detalla: “Hay una agencia de viajes que se levanta a 35 grados, otros sets a 46 grados, se rompen pasillos, el piso se levanta, los stunt (hombres de riesgo) caen, hay hundimientos, todo lo que pasó ese día, no inventamos nada.

Para ello, desde dos meses antes del rodaje, el equipo de efectos especiales de Ricardo Arvizu diseñó  sistemas que permiten el movimiento de los sets.

“Vamos a tener una gran explosión de polvo, tipo cuando se caen los edificios, para el derrumbe del Regis, también por ahí algo de tuberías de gas y unos malosos”, indica Arvizu.

Junto a los efectos especiales, habrá un equipo de visuales, hechos por computadora, sobre todo para extensión de escenarios o unir al Capri, centro nocturno del Hotel Regis, con su contexto. “Los visuales también serán para quizá quitar algún cable, pero lo mejor es que el cine se haga con cosas reales, eso estamos haciendo”, expresa Kuno.

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