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Bastaron sólo dos horas para hacer una película de terror, ocupando dos actores principales, muchos incidentales, una casona embrujada y coreografías en donde si alguien se equivocaba, debían comenzar de cero.

Forward, la nueva entrega de Henry Bedwell (Más negro que la noche) fue rodada el pasado 28 de noviembre y está ya lista para estreno.

Pero la filmación no sólo se redujo a esos 120 minutos de corrido, sino que comenzó dos meses antes cuando el equipo de producción encabezado por Francisco Rodríguez buscó un inmueble con las características físicas que pemitieran el movimiento simultáneo de dos equipos, cada uno con un operador de cámara y su asistente, junto con al menos cuatro personas, entre ellas una maquillista para dar retoques cuando se pudiera.

La Posada del Sol, en la colonia Doctores de la Ciudad de México, donde existe una niña fantasma y en cuyo patio, cuenta la leyenda, se ahorcó el dueño, fue la elegida.

Luego Harold Torres (Colosio, el asesinato) y Axel Rico (Rudo y cursi) como los dos hombres que entran a una casa para asesinar a alguien y se encuentran con un ambiente hostil, participaron en la confección de los movimientos que deberían hacer.

El trabajo. Un ejemplo de lo que debían preparar es el siguiente:

Interior: teatro, noche. El personaje de Lissete Morelos (La impostora) ya muerto, se encuentra con el de Harold. La cámara se queda en el actor y en segundos, ella tenía que correr para ocupar la butaca de seis filas atrás y sorprender a su colega; otra vez la cámara la dejaba de ver y constaba de otros segundos para irse a sentar a otra más atrás; al final, el lente volvía a Harold y era cuando Lisette debía aprovechar para pasar por un pasillo invisible y colocarse detrás del actor para presuntamente “sorprenderlo”.

No han pasado más de tres minutos para que la escena quede registrada y lista para el corte final.

“Si requiere concentración especial para no distraerse, pero es algo interesante de ver”, dice Torres, quien contó con los demás de cuatro ensayos generales corridos, para afinar puntos.

Tres horas antes del grito de “¡acción!” los actores llegaban a maquillaje y vestuario para ser preparados.

Un equipo de producción iba de avanzada con respecto a los sets que recorrían los actores.

En uno, el personaje de Axel aparecerá colgado de pies y sangrante y una mesa llena de velas encendidas, las cuales debían ser encendidas segundos antes para luego, acabada la escena, ser retiradas de inmediato.

“¿Dónde está el dispositivo de sangre?”, preguntaba alguien de producción, impaciente, ante la cercanía ya de la escena.

Mientras esto pasaba, el personaje el de Harold pasaba por otra habitación, huyendo de algo que lo persigue.

“Es una locura, sí piensas por qué acepté hacer esto, pero es divertido”, señala Bedwell, el director, con la ansiedad en el rostro.

Durante el rodaje de Forward, no se reportó ninguna visión extraña de los habitantes etéreos de la Posada.

La película costó menos de 5 millones de pesos, con una participación de 60 personas.

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