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Alejandro González Iñárritu es como el rey Midas del cine; si a Steven Spielberg se le calificó así por sus constantes éxitos taquilleros, al realizador mexicano le ha tocado poner a actores en los cuernos de la luna.
Si en 1999 confió en Gael García Bernal, un joven estudiante de actuación en Inglaterra y reciente ganador del Globo de Oro por la serie digital Mozart en la jungla, hace dos años optó por un desangelado Michael Keaton, quien prácticamente estaba fuera de roles principales, para protagonizar Birdman, que en 2015 le dio el Oscar a Mejor Actor.
Pero antes, por la estatuilla hollywoodense, también colocó ahí a Naomi Watts y Benicio del Toro por 21 gramos; a la mexicana Adriana Barraza y la japonesa Rinku Kikuchi por Babel y Javier Bardem con Biutiful. Ninguno ganó, pero los puso en la vitrina cinematográfica más mediática del orbe.
Ahora su dirección en El renacido le ha dado a Leonardo DiCaprio otra nominación al premio, cuyos pronósticos apuntan a tener resultado positivo el próximo 28 de febrero en el Teatro Dolby de Los Ángeles.
“No hay ahora actor que no quiera trabajar con él”, señala Arturo Aguilar, crítico y académico de cine.
“Es algo que ha ido ganando y muy bien, con trabajo, logrando que sus actores ganen o estén por premios”, agrega.
Colaborador de las revistas Gatopardo y Roling Stone, el especialista considera que el realizador de 52 años ha sabido transitar de filmes propios de festivales (Amores perros triunfó en Cannes, en el 2000) a historias más acordes a los estándares comerciales, sin entregarse.
Sus cinco largometrajes anteriores han sumado más de 300 premios em distintas categorpias, (entre ellos los codiciados Oscar) y 300 millones de dólares recaudados en taquilla.
“Ha sido interesante su transición, aprovechando el crédito obtenido en festivales como director y haciendo después cosas que no dejan de ser autorales”, expresa.
Con El Chivo
Ya en la lucha por la estatuilla el 28 de febrero, Águila ver con más posibilidades al cinefotógrafo Emmanuel Lubezki de llevarse el premio.
González Iñárritu tiene la “desventaja” de ser políticamente incorrecto que se otorgue por tercera ocasión consecutiva un premio a directores oriundos de México.
“Lubezki es el candidato fuerte, en verdad, y haría historia, pues nunca antes alguien ha ganado tres premios consecutivos y tiene una alta posibilidad de hacerlo.
“Su trabajo en The revenant no se parece en nada a lo que hizo en Gravedad y tampoco a Birdman, con las que ya ganó, aquí (con luz natural) renueva la herramienta de la cámara en favor de lo que necesitaba la historia”, expresa el especialista.
“A González Iñárritu le puede pesar que dos mexicanos antes hayan ganado (Alfonso Cuarón y él mismo), es un factor que no descartaría, pero también es cierto que a diferencia de Birdman donde su trabajo era atípico, aquí no se ve eso, es más tradicional, aunque eso no quiere decir que no sea bueno”, apunta.