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christian.leon@eluniversal.com.mx
Para Angélica Aragón, su nueva película Todos están muertos es un ejemplo de una coproducción de calidad y cómo una buena historia puede estar por encima de una nacionalidad.
“Esta película es un claro ejemplo de cómo la coproducción puede funcionar, no sólo monetariamente hablando, sino por la historia; es una historia que funcionó muy bien con los personajes mexicanos y los personajes españoles”, explicó Aragón.
Además, este filme ayudó a la propia actriz a superar la muerte de su madre, quien perdió la vida meses antes de que se iniciara el rodaje.
“Para mí esta película fue la manera en la que pude despedirme de mi madre, de decirle adiós, de aceptar que ya no estaba”, apunto la actriz.
En el filme Aragón da vida a Paquita, una abuela mexicana, que radica junto a su familia en España; tras la pérdida de su hijo mayor, busca la forma de superar la muerte de éste y que su familia también lo haga.
La cinta es dirigida por la española Beatriz Sanchís, quien afirmó que su largometraje exalta lo mejor de las dos nacionalidades en las que deambula la historia y que eso le da un plus sobre otras historias.
“En la película se puede ver ese intercambio cultural entre ambos países, eso hasta ahora a ayudado a que más público se identifique con la historia, creo que esa es la clave principal de una coproducción, que sea multicultural”, señaló Sanchís.
El filme narra la historia de una familia española-mexicana que vive a su manera el duelo por la pérdida de uno de sus miembros.
Por un lado la abuela Paquita (Aragón) desea que su hija Lupe (Elena Anaya) supere la pérdida de su hermano, quien además era su compañero y cómplice en un grupo musical que tuvo éxito en los 80.
Para ello, Paquita incitará a su hija a hacer una ofrenda de Día de Muertos para que pueda superar su pérdida, auque ésta se niega, pues cree tener pláticas con el difunto, quien comineza a aparecérsele en la casa en la que Lupe además vive con suhijo.
“Es una hermosa película, aunque también es devastadora, si la miramos desde ciertos puntos de vista, sin embargo, este tratamiento casi simpático, divertido, alegre que inyecta este lado mexicano y nuestra distinta relación con la muerte, establece un equilibrio muy interesante dentro de la historia con la que el espectador podrá despedirse de sus propios seres queridos”, dijo la actriz.
La película que fue galardonada en 2014 como Mejor Ópera Prima en el Festival Internacional de Cine de Guanajuato, en el Festival de Málaga recibió los premios a la Mejor Actriz para Elena Anaya, Mejor Música y un premio especial del jurado.
Para Anaya el trabajo que protagoniza habla acerca de las pérdidas y de la aceptación, no sólo por dejar ir a los difuntos, sino de saber quién es cada quién y hacia dónde va.
“Mi personaje es el de una mujer que se rehusa a aceptar una situación muy dolorosa y que busca salir de ella, aunque la manera en la que lo hace de pronto sólo la haga sacar sus demonios más internos”, explicó.
Angélica Aragón agregó que la cinta además aborda el tema del perdón entre madre e hijos, de cómo superar los rencores y como puede retomarse una relación fracturada.
“La película juega con la ficción y hasta recurre un poco a la comedia en el fondo, hay una historia más profunda, cuando el velo entre la vida y la muerte desaparece queda la historia de esta familia herida y fracturada, es un respiro”, dijo.