Cuando Alberto Barbera, director del Festival de Cine de Venecia, le escribió a Arturo Ripstein para notificarle que deseaban realizarle un homenaje por sus 50 años de trayectoria en el cine y estrenar su cinta "La calle de la amargura" , el director mexicano supo que no había pasado inadvertido en todo este tiempo.

La última vez que Ripstein pisó la famosa muestra fílmica fue en 1996, cuando su película "Profundo carmesí" se acreditó los premios a mejor guion, mejor diseño de producción y música. Ahora, casi 20 años después, el mexicano regresará para exhibir su nueva creación en una función especial programada para el 10 de septiembre en la Sala Grande, donde previamente recibirá un reconocimiento por parte de la organización del festival.

"Que un festival de ese calibre como la 'mostra' se acuerde de mí no es sólo un acto para agradecerse, sino una oportunidad para darme un gran gusto, y satisfacerme enormemente" , dijo emocionado Ripstein, en una conferencia de prensa realizada el miércoles en las instalaciones del Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE) de la capital mexicana.

"Lo que ha pasado en estos 50 años es que aprendí una serie de cosas, me llené de experiencia, no tengo ni idea de lo que estoy haciendo, siempre he caminado por territorios desconocidos, nunca sé por dónde voy, pero lo que sí puedo decir es que he afinado el instrumento" , agregó el cineasta de 71 años en referencia a sus cinco décadas de actividad en el séptimo arte. "Lo que de pronto tengo en la cabeza, que no es mucho ni muy claro, está cada vez más alejado del resultado final" , afirmó.

"La calle de la amargura" es protagonizada por las actrices mexicanas Patricia Reyes Spíndola y Nora Velázquez, y reconstruye un caso real ocurrido en 2009 en la Ciudad de México, en el que dos prostitutas de edad madura asesinaron a dos luchadores enanos, La Parkita y Espectrito Jr., a quienes les suministraron una droga con el fin de robarlos.

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