Más Información
Morena celebra alta aprobación de Sheinbaum como respaldo a la 4T; oposición advierte que “ninguna luna de miel es eterna”
Ken Salazar resalta colaboración de México-EU contra cambio climático; refuerza el liderazgo de América del Norte en la lucha
Erradicación de la violencia de género, prioridad de Olga Sánchez Cordero; aboga por la igualdad desde la infancia en congreso 50+1
Jueces y magistrados acusan registros “inflados” en inscripción a elección judicial; exigen transparentar listas de aspirantes
Diputada del PAN plantea reforma para ampliar servicios de atención infantil; va por estrategia enfocada en Primera Infancia
cesar.huerta@eluniversal.com.mx
Cuando Jesús Ochoa trabajó con Santiago Torres, de nueve años, se dio cuenta qué tan lejos está para entrar a la fantasía.
Al experimentado actor le tocaba interpretar al tío de un infante quien, de la noche a la mañana, amanecía con bigote convirtiéndose en imán para niñas, pero de completo desagrado para sus compañeros de escuela.
“A medida que uno va cumpliendo años, va decreciendo la capacidad de sorpresa y eso ellos (los niños) lo tienen muy cercano, es como si hicieran síntesis y es muy rico”, considera.
“Pero también te hacen que hagas el autochequeo de qué tan lejos estás en eso y es bueno refrescarse en ese sentido”, añade Ochoa.
Santiago, a quien se refiere, salió de un casting de más de 300 niños para protagonizar Por mis bigotes, filme que estrena es fin de semana en cines.
Estados Unidos ya la tiene para home video e Internet; llegaría a salas si la respuesta nacional es buena.
Es una cinta de corte familiar en donde lo más violento es un “calzón chino” y un golpe al niño, ambas en la escuela donde estudia.
“El quiere ser invisible y cuando le nace el bigote, es curiosamente una especie de amuleto como que lo hace ser el mejor portero o que las niñas lo voltean a ver”, comenta el director Manolo Caramés, que contó con el guión de Jorge Estrada (La revolución de Juan Escopeta), para su ópera prima.
“Lo importante es que lo que le pasa, aplica a cualquier cosa de la vida, sufres un cambio y es ver lo que implica”.
En escena quedaron finalmente 34 niños, resultando en Ochoa, Fernando Becerril, Eduardo España y Darío Ripoll, entre otros, la base de experiencia en el elenco.
Todos ellos encabezan personajes defensores del bigote con música.
Los cantantes Juan Solo y Javier Gurruchaga, este último vocalista de la española Orquesta Mondragón, tienen apariciones especiales.
“Yo que no tengo cabello, ponerme el bigote grande, era toda una aventura”, bromea Ripoll.
Santiago ya con 10 años y tres películas a cuestas, recuerda que el set estaba pies arriba.
“Antes de cada escena (los actores) decían cada tontería que los niños parecíamos adultos y ellos, niños”, narra divertido el pequeño.
Por mis bigotes ha sido invitado a universidades extranjeras como la de Columbus, Nueva York y más de 10 festivales del orbe; saldrá en 200 salas con clasificación A.