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cesar.huerta@eluniversal.com.mx
Tras obtener el primer lugar en la taquilla mexicana 2014 con La dictadura perfecta, que contabilizó 4.2 millones de espectadores, su realizador Luis Estrada ha decidido jubilarse.
“Ahora estoy pensando en otra cosa que no es hacer películas”, señaló este director, quien debutó en 1992 con su filme Ámbar.
“Cada vez es más difícil hacer películas en este país”, agregó.
Estrada ha sido el realizador de La ley de Herodes que, dicen, ayudó a tirar al PRI del poder en el año 2000; siguió con las consecuencias del modelo económico neoliberal en Un mundo maravilloso y continuó con el problema del narco, en El infierno.
El año pasado lanzó La dictadura perfecta, abordando la relación entre los políticos y los medios de comunicación, centrándose en la tv.
Cerca de 10 millones de personas, contabilizadas globalmente, registraron los cuatro títulos.
Estrada cuenta con 55 años de edad y fue uno de la mítica expulsión de alumnos del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC-UNAM) a mediados de los años 80, que generó al mismo tiempo la salida de Alfonso Cuarón, ganador del Oscar por Gravedad.
Recordó que la forma de producción utilizada para sus proyectos de índole personal, son tardados.
“Por la forma en que decidí llevar mi carrera hace que sea muy largo el proceso: escribirla, buscar financiamiento, producir, filmar y ya en esta última (La dictadura perfecta) distribuir”, señaló el cineasta.
“Pero igual tarde o temprano regreso, por ahora estoy jubilado y en la banca”, subrayó.
En los Churubusco. Estrada asistió a la celebración de los 70 años de vida de los Estudios Churubusco, en donde se han realizado 3 mil películas en diversos procesos de producción.
Presidida por Rafael Tovar y de Teresa, titular del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, se presentó la edición actualizada del libro La fábrica de sueños, en tres tomos.
Hace un recorrido de 1945 a la fecha, por los terrenos ubicados ahora al sur del DF.
Actualmente se encuentra en construcción el “cubo de productores” donde se alojarán oficinas y a los cuales se rumora será mudado el Instituto Mexicano de Cinematografía.
Originalmente tuvo que entregarse en 2012, pero por cuestiones económicas se ha pospuesto.
“Esta es la casa del cine mexicano que se comenzó a multiplicar de manera intensa; espero que muy pronto pueda estar completamente terminada, desde Conaculta seguirmos apoyando esta situación”, destacó Tovar y de Teresa.
Estrada prácticamente vivió su niñez en los foros al ser hijo de otro realizador, José El Perro Estrada.
“Tengo una oficina permanente aquí, una anécdota no tan alegre, más bien agridulce, es que Ámbar que comencé en 1992, fue la última película hecha en los antiguos Estudios, justo cuando terminamos, se anunció que iban a crear el Centro Nacional de las Artes”, narró el cineasta.