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A sus 62 años, Patricia Reyes Spíndola se sigue sorprendiendo. Más cuando su director, Arturo Ripstein, y la escritora Paz Alicia Garciadiego pensaron en ella desde que estaban preparando La calle de la amargura, cinta que se estrenó mundialmente ayer en el Festival de Venecia y que tuvo buena recepción.

“Es un orgullo que a estas alturas te den ese regalo”, indicó la actriz en entrevista y feliz con la proyección de la película, la número 12 que realiza en conjunto con Ripstein.

Walter Navas, productor de la película, destacó los aplausos que recibió el cineasta en la proyección a prensa y después al público. “Al final, Arturo firmó autógrafos y posó para selfies. Después nos fuimos a celebrar al hotel, sólo una copa y ya”, comentó en entrevista telefónica.

Al mismo tiempo que Ripstein (El castillo de la pureza y El lugar sin límites) obtenía un reconocimiento por 50 años de trayectoria en Venecia, en la plataforma digital Filminlatino se estrenaba gratuitamente La calle de la amargura por 24 horas, plazo que acaba hoy a las 15:00 horas.

“Recibir este premio quiere decir que mi trabajo no ha sido en vano y que no ha pasado desapercibido”, dijo Ripstein, compartiendo el reconocimiento con su esposa y guionista, Paz Alicia, a quien llamó la voz de sus ojos.

El director de la llamada Mostra, Alberto Barbera, definió al cineasta como heredero de la época de oro del cine mexicano. “Precursor de la nueva generación de autores contemporáneos, como Carlos Reygadas, Guillermo del Toro y Nicolás Pereda, cada uno de los cuales, a su manera, reconoce la deuda profunda con su obra”, aseveró.

Enanos asesinos. Reyes Spíndola, Sylvia Pasquel y Nora Velázquez encabezan la historia basada en dos luchadores enanos que fueron asesinados, accidentalmente, con drogas por dos prostitutas entradas en años.

“Es una historia fuerte y dura, con algo de comedia, que requería de actrices”, explicó Navas.

La calle de la amargura viajará ahora al festival de Toronto, en donde también será exhibida.

Y como su cinematografía reciente, esta película fue hecha en blanco y negro. “Hace 65 años empecé a ver cómo se filmaban las películas y era prácticamente todo en blanco y negro, así que empecé a encontrar el rostro mexicano en el cine en blanco y negro”, dijo Ripstein.

Va por más. Con 71 años de edad y más de 50 largometrajes, RIP, como le dicen sus allegados, aseguró que tiene muchas historias por contar.

“Sé que ésta no es mi última película, porque si no consigo absolutamente nada (de financiamiento) para hacer la siguiente, sé que la puedo hacer con una pequeña camarita que pido prestada y con tres o cuatro amigos que me resolverán la cuestión”.

Recordó que aunque el medio cinematográfico ha sido siempre un cónclave muy conservador ante el cambio, como el paso del cine mudo al sonoro, al final ha debido adaptarse.

“Fui el primero en América Latina que hizo una película digital (Así es la vida ). Yo me he ajustado a estos cambios tecnológicos, que a fin de cuentas son la historia del cine”, consideró.

Tanto Garciadiego como él, por superstición, nunca hablan de proyectos en preparación, pero la escritora dice que será distinto a La calle de la amargura, cuyo estreno en salas mexicanas está por confirmarse, pero tendrá una exhibición el 26 de octubre en el Festival de Morelia.

“Los proyectos se salan si uno los anda diciendo”, ironizó Garciadiego.

Ripstein cuenta con cerca de 40 premios nacionales e internacionales, logrados en festivales de cine como Guadalajara, La Habana y San Sebastián, así como algunos Ariel, los cuales, recordó a EL UNIVERSAL, “les salieron pies” y no ha podido hallar.

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