cesar.huerta@eluniversal.com.mx
Guadalajara.— Un día, en el departamento que vivía, Danny Perea escuchó pasos, como alguien que arrastraba unas pantuflas en la habitación de al lado, donde no había nadie.
Primero pensó que podía ser alguien del piso superior, pero ella se encontraba en el último nivel.
“Pasaron dos horas en que sí los oía o no, finalmente decidí ir a ese cuarto, ante el temor de mi amiga, abrí el clóset y no había nada”, recuerda.
“No puedo decir qué era, los pasos se dejaron de escuchar, pero, de que pasó, pasó”, dice Perea, quien no cree en cosas sobrenaturales.
La reacción, en el caso del cine estadounidense, habría sido que el personaje corriera desesperado y se sobresaltara, pero en la vida real, una persona común intenta descubrir los orígenes de lo que escucha o ve.
Eso que experimentó le está ayudando a la actriz de Temporada de patos en su nuevo filme con locaciones de Guadalajara.
Comparte créditos con Erick Elías, bajo la dirección de Chava Cartas (Rock Mari y El maricahi).
Con el título de Los inquilinos, está ubicada en el género del terror y el suspenso.
En él interpreta a Luz María, novia de Demian, con quien se muda a un viejo departamento de vecindad, tras un hecho que los atormenta.
Luzma empieza a descubrir que los demás habitantes de la vecindad parecen ocultar terribles secretos que provocan fenómenos paranormales cada vez más amenazadores, empezando a dudar del mismo Demián.
“Es alguien que por azares del destino entra a una casa donde empiezan a pasar cosas graves y reacciona como gente normal.
“Trae un background católico, ella cree en Dios y la iglesia, tiene esta preocupación por lo divino y el castigo”, platica Perea.
No habrá efectos especiales, dice por su parte Cartas, porque la historia no lo necesita. “Pero da terror dirigir algo así”, bromea el cineasta.
“Esto es una combinación de terror y suspenso, algo orgánico, que sucede con dos personajes que se involucran, sin quererlo, en brujería”.
Cartas precisa que se ha reunido con gente especialista en el tema, quienes le han aconsejado ser respetuoso con la santería. “Estamos haciendo una película muy responsable en este sentido”, comenta.
El ambiente. En las últimas tres semanas, en la locación principal de la cinta, un edificio departamental en la zona centro de esta ciudad, ha lloviznado. Así, a la hora que sea, el pasillo y patio principal lucen mojados y con pequeños charcos.
El edificio se encuentra habitado y sus residentes han cooperado al 100%. Esperan a salir tras el corte de escena y a los niños se les ha organizado un taller de verano en una escuela cercana, para entrenerlos.
Para la película se han rentado tres departamentos. En uno la cocina luce desastrosa y en otro, resaltan imágenes religiosas. Y como en buena película de terror, han pasado cosas raras, señala Flandes, de producción: “Ya ha habido dos días en los que dejamos cerrado, con llave y todo y al día siguiente, está abierto”.
Los inquilinos es producida por la compañía All abou media.