Imaginen a Martha Higareda, esa chica de papeles en comedias románticas y divertidas, convertida en una darketa por amor.

No es una ficción, sino un pasaje real de su vida, en la que dice, por fortuna ya quemó las fotografías incriminatorias, borrando todo rastro de esa etapa.

“Era una época en que tuve un novio a quien le gustaba AC-DC, Iron Maiden y eso y yo toda de negro, con un fuerte delineador, super darketa y skater (vestida de barrio)”, revela.

No fue una fase, aclara, en que odió lo musical mexicano. Finalmente desde pequeña junto con su abuelita, veía las películas de la llamada Época de Oro del cine nacional, protagonizadas
por los actores Jorge Negrete o Pedro Infante.

“Es algo que tenemos en el ADN”, exclama feliz.

Y por ello, aceptó producir y actuar en Una última y nos vamos, ópera prima del director Noé Santillán-López, que estrena hoy en 300 salas.

La historia de la película tiene como base un concurso de mariachis, para el cual invitan a un grupo ya retirado y que debe rehacerse utilizando incluso elementos jóvenes, algunos de ellos adoradores del llamado heavy metal.

Héctor Bonilla, Mauricio Argüelles, José Sefami y Roberto Medina, entre otros, tomaron clases en la mítica Garibaldi para ser creíbles ante cámara al momento de tomar los instrumentos
y pararse en el escenario personificados como mariachis.

“Fueron tres meses en los que le dimos con todo, incluyendo canto”, señala el realizador.

Santillán López es conocido por la serie futbolera El Diez de ESPN, en la que también participó Higareda.

“Es un relato de familia, de amigos mexicanos y su manera de enfrentar al mundo y la vida”, señala el realizador de 30 años.

La música del largometraje corre a cargo de José Alfredo Jiménez Jr, quien también prestó canciones de su reconocido padre y se contó con la colaboración en escena de María Elena
Leal y Rafa Negrete, descendientes de dos leyendas de la música vernácula mexicana.

El título de la película refiere a esa frase donde hay bebidas, en ese sentido, ¿cuál es la última borrachera que recuerdas? (se le pregunta a Martha, en broma).

Martha: ¡Me porto bien! Pero sí recuerdo una vez que estábamos en con El Diez Los Ángeles y qué pena. Y en otra me llegué a estrellar con una ventana, pensando que era una puerta.
Perdí un tacón, en fin, ¡nunca supe cómo llegué a casa, pero llegué!.

¿Cantas o sólo en defensa propia lo haces?

Sólo en defensa propia, ni un palomazo, porque se esfuman todos, de verdad, lo puedo probar.

-Llevas tres películas producidas, ¿cuándo has pensado: ésta es la última y me voy?

(Risas) La primera (Te presento a Laura) me mandó al hospital, me involucré en todo, dormía tres o cuatro horas, quería saber los procesos sí fue duro; después con Cásese quien pueda fue
mucho más tranquilo, aunque también era la escritora (de la historia) y bien dicen que la tercera es la vencida, la disfruté mucho, sigo teniendo ganas de seguir produciendo historias padres.

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