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cesar.huerta@eluniversal.com.mx
En El Eco, pueblo de apenas 15 casas y una calle principal, dicen que debe hablarse con cuidado, pues el viento se lleva las palabras para repetirlas en otro lugar.
Ubicado en el municipio de Chignahuapan, Puebla, cerca de la sierra, cuenta con una decena de niños que diariamente son preparados para ser pastores.
Junto con otros procedentes de poblados cercanos, asisten a la escuela compuesta por un único cuarto, al que asistente infantes en edad preescolar y hasta cuarto año de primaria.
“Ahí voy a hacer la siguiente película, es un pueblo enmedio de la nada, donde crecen niños que son pastores, crían borregos, matan víboras”, dice la realizadora Tatiana Huezo en entrevista.
“Llegué ahí por el nombre y buscando niños, el fondo es que quiero hablar de lo que significa crecer, la pérdida de la infancia, de qué queda atrás en nuestras vidas, la de todos”, señala.
Huezo, nacida en San Salvador, es directora del corto Ausencias, corto ganador del premio Ariel y El lugar más pequeño, triunfador en certámenes como Mar de Plata y el evento Fénix, a lo mejor del cine iberoamericano.
El mes próximo estrena en salas La tempestad, documental que retrata a la víctimas de la violencia, inseguridad e injusticia que hay en México desde hace tiempo.
El eco sería su nuevo documental, el cual prepara en paralelo con su primera cinta de ficción, bajo la producción de Nicolás Celis (Somos lo que hay y Desierto).
“Estoy buscando niños en los que, a través de sus rostros, de sus ojos, podamos intuir lo que alguna vez yo creí cuando era niño.
Con la comunidad, apunta, lleva trabajando medio año.
“El entorno en El Eco es muy hostil, muy agresivo en el clima, en el invierno están a veces bajo cero, mueren los animales, nubes de polvo llegan al pueblo, el paisaje cambia y eso para mí siempre ha sido muy importante”, comenta la egresada del Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC).