Robbie Williams vuelve a vivir un buen momento profesional. Con el sencillo de su último disco, “The Party Like a Russian”, ha revolucionado las redes sociales y, a la vez, enfadado a los rusos.
El exmiembro de la agrupación Take That siempre se ha caracterizado por su espontaneidad y por no pensar mucho en sus declaraciones –sin ir más lejos, en sus creencias sobre los ovnis–.
Ahora el cantante de 42 años ha aprovechado su influencia mediática para también confesar algunos de los retoques estéticos a los que se ha sometido.
“Me han hecho algunos rellenos, algo de bótox, y me he hecho algo en el mentón, lo que significa que no puedo ni mover mi jodida frente”, dijo tras recoger el premio como Icono Musical en los Attitude Awards, celebrados en Londres.
Como él mismo confesó hace unos días, se sigue preocupando por su aspecto físico. “Cada vez que entro en el estudio, estoy bajo la presión de: ‘Vuelves, estás grabando un álbum, más vale que sea un éxito, tienes 42 años, estás gordo, tus ojos están caídos, ve y escribe un estribillo mejor’”.
El intérprete confesó que también sufre artritis en la espalda, lo que le está mermando su movilidad para bailar.
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