Siguiendo la personalidad de su más popular personaje Charlot, el británico Charles Chaplin era un hombre de pocas palabras.
Quizá eso explique por qué en 1972 durante la ceremonia del Oscar su discurso fue tan breve que apenas duró 20 segundos en los que dijo “Muchas gracias a todas estas hermosas personas por traerme aquí”.
Lo que no fue breve fue el recibimiento de la Academia, quien dedicó casi dos minutos de aplausos de pie. El perfecto homenaje a casi 60 años de carrera.
Tras este reconocimieto, Charles desapareció del ojo público hasta el 25 de diciembre de 1977 cuando el mundo se paralizó ante la muerte del gran Chaplin.
Las páginas de EL UNIVERSAL documentaron que la muerte del actor, productor, director y comediante se dio tras 15 años de luchar contra el asma y la demencia senil que sufría durante sus últimos años.
En la siguiente década, México también perdió a uno de sus grandes ídolos e iconos, El Santo.
Héroe del cuadrilátero y el cine, Rodolfo Guzmán Huerta, nombre real del luchador de Tulancingo, jamás perdió un duelo máscara contra cabellera. Al final la muerte lo venció con un paro al miocardio que le arrebató la vida el 5 de febrero de 1984.
Este diario fue testigo del magno funeral del Santo, a su vez narró cómo durante su entierro, el ídolo fue despedido por más de 10 mil fans, entre ellos colegas del entarimado como Blue Demon.
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