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Jaime Almeida, reconocido crítico musical, falleció este viernes a los 66 años a causa de un infarto.
Con un perfil amable siempre tenía una opinión para cualquier consulta, por lo que todo el tiempo accedió a contestar el teléfono para hablar con EL UNIVERSAL sobre diversos temas desde la personalidad de Justin Bieber hasta el éxito de Luis Miguel, el legado de Bob Marley, la permanencia de Selena o simplemente del Rey del Pop Michael Jackson.
“Me la paso leyendo, estudiando e investigando todo el tiempo, cuando te apasiona lo que haces se da solo así que se me facilita recordar lo que leo y sólo trato de encontrar un ángulo distinto a lo que ya he dicho antes”, le dijo una vez a este diario al hablar de su gran bagaje cultural.
Aunque confesó que para él ningún género es mejor que el otro decía que si tuviera que irse a una isla desierta elegiría al rock en inglés por un gusto personal, pero aún así podía colaborar en programas especializados o eventos de la Sociedad de Autores y Compositores (SACM), de la cual Armando Manzanero es Presidente.
“Era un gran amigo y un excelente colaborador de la SACM, es increíble que apenas nos reponemos de las pérdidas de Indalecio Ramírez hace unos meses, de Jorge Massías hace unos días y ahora Jaime Almeida, es doloroso. Sin duda se va uno de los grandes conocedores de nuestra música”, confesó consternado el compositor a Notimex.
La noticia impactó al ámbito artístico, quienes inmediatamente comenzaron a dedicarle algunos mensajes en sus cuentas de Twitter como DLD, Pandora, Carlos Cuevas, Miguel Inzunza, Natalia Sosa o Edgar Vivar.
El nacido en Chihuahua y quien fuera Premio Nacional de Periodismo en 1980 murió haciendo lo que más le gusta ya que acudió a Tabasco en un evento de Los Dandy’s, ciudad en la que fue encontrado sin vida.
De entre las anécdotas que se recuerdan con Almeida está cuando se encontraba apurado porque era el encargado de escribir un pequeño texto para el funeral de Héctor Carreón, de la agrupación Los Hermanos Carreón, lo que demostró el saber enciclopédico de varias décadas de un hombre que lo mismo aparecía en televisión, hacía programas de radio o escribía en un diario.