“Su Alteza Real, la duquesa de Cambridge, ha recibido a su hija a las 8:34 horas”, dio a conocer el Palacio de Kensington a través de su cuenta de Twitter, el nacimiento del tan esperado segundo hijo de los duques Guillermo y Catalina ayer, develando que el nuevo miembro de la realeza británica es una niña, tal como la mayoría del pueblo inglés quería.

Kate Middleton llegó alrededor de las seis de la mañana al hospital St. Mary de Londres, donde ya la esperaba el equipo médico que hace dos años la asistió en el nacimiento del príncipe Jorge, encabezado por el ginecólogo de la reina, Alan Farthing, y el obstetra Guy Thorpe-Beeston.

Dos horas y media después llegaba al mundo la nueva princesa.

Su padre, el príncipe Guillermo, estuvo presente. Siguiendo la tradición, después de informar a la reina de la noticia, frente al Palacio de Buckingham se ha colocado un comunicado.

La nueva bisnieta de la reina Isabel II, que pesó al nacer 3. 713 kilos, se unirá a una generación de niños de la realeza en la cual las mujeres predominan en la línea de sucesión.

En el caso de Inglaterra se añade un elemento importante que podría quitar completamente al príncipe Harry (hijo de Carlos) de la jugada como heredero al trono.

Gracias a la modificación a las reglas de la primogenitura que rigen a la casa real británica, hechas hace dos años, se abolió el privilegio de los varones sobre las mujeres en la línea de sucesión.

Es decir, la hija de la duquesa de Cambridge pasa automáticamente a ser la cuarta en la línea de sucesión, detrás de su abuelo, padre y hermano. El título que ostenta la pequeña es el de princesa de Cambridge.

Las próximas etapas de la casa real quedan así: Carlos, príncipe de Gales, su hijo, Guillermo duque de Cambridge y su nieto, el príncipe Jorge.

En unos días se dará a conocer el nombre de la princesa, pero en las casas de apuestas desde hace semanas ya se barajan algunas opciones: Alice, Charlotte y Elizabeth, son los favoritos aunque el de Diana también está en la terna, lo que reafirma el deseo de los ingleses de que el príncipe Guillermo rinda un homenaje a su madre, la fallecida Diana de Gales.

Reine o no, este segundo bebé real, tendrá que pasar por una estricta educación, además de que será de los pocos miembros de la familia que tendrán que buscar la aprobación de la reina o rey para contraer matrimonio.

El suceso comienza a redituar al pueblo inglés.

El economista David Bamfield explicó al diario Daily Telegraph, que las ganancias se calculan en unos 111 millones de euros, obtenidos de recuerdos conmemorativos.

La preferencia del pueblo porque el bebé fuera una niña, no sólo viene del deseo de tener una nueva Lady Di, también por lo bien que le puede ir a la industria de la moda infantil.

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