En febrero Estados Unidos y Rusia dieron el banderazo de salida a la renovada carrera armamentista nuclear. El mundo se encuentra en peligro frente a armas cada vez mas potentes de las dos principales potencias nucleares que ahora compiten con una capacidad destructiva nuclear que podría aniquilar a grandes poblaciones y poner en riesgo al planeta.

Putin se adelantó al plan de Estados Unidos de dar a conocer, en próximas fechas, su nueva política de defensa con misiles y armas nucleares. Anunció que Rusia ha desarrollado y está probando nuevas armas nucleares estratégicas con capacidad para evitar las defensas de misiles de EU. Mostró videos de lanzamiento de misiles de nuevo tipo y animaciones que mostraban cómo pueden recorrer grandes distancias hasta alcanzar EU y América del Sur, misiles crucero que utilizan poder nuclear, drones submarinos y otras armas. Se refirió al desarrollo de un arma lasser, a misiles hipersónicos, a misiles crucero impulsados por un reactor nuclear que pueden volar indefinidamente, dijo que el avión lanzado con un misil hipersónico llamado Kinzhal puede maniobrar mientras vuela a más de diez veces la velocidad del sonido, garantizando superar cualquier existente y prospectivo sistema antimisiles. Culpó a EU por retirarse del tratado de misiles antibalísticos de 1972 firmado con la Unión Soviética.

Putin lanzó una advertencia intimidatoria: “quisiera decir a aquellos que han estado tratando de escalar la carrera armamentista en los pasado 15 años, para tener ventajas unilaterales sobre Rusia e imponer restricciones y sanciones, que su intención de colocarse frente a Rusia fracasó”. La élite política que escuchaba a Putin aplaudía emocionada al anunciarse cada uno de los avances nucleares. Putin destacó una prueba del misil RS-28 que habría volado 6 mil 800 millas con una carga de 15 cabezas nucleares. Los misiles que utilizan poder nuclear pueden volar indefinidamente. La carrera armamentista entre Estados Unidos y Rusia con armas cada vez mas potentes es un peligro real, inmediato y permanente para el planeta.

Trump y el Pentágono anunciaron hace unas semanas el fortalecimiento del presupuesto de defensa que estará dirigido a la renovación y ampliación del arsenal nuclear de Estados Unidos. Mientras, Naciones Unidas busca la firma de un tratado para la eliminación de armas nucleares, que ya fue suscrito por 122 países. Las nueve potencias nucleares lo boycotearon negándose a aceptarlo: Estados Unidos, Rusia, China, Francia y Gran Bretaña, que integran el Consejo de Seguridad, así como Israel, Pakistán, India y Corea del Norte.

Durante el discurso anual a la nación de Putin ante la Duma y la élite política, televisado a todo el país, a menos de tres semanas de las elecciones que lo llevarán por cuarta ocasión a la Presidencia, utilizó un lenguaje emotivo con el que escaló su retórica marcial y acusó a Estados Unidos de fomentar una nueva carrera armamentista al resistirse a negociaciones para el control de armas, desarrollar nuevos sistemas de misiles y adoptar una posición agresiva en su estrategia nuclear. Frente a frente, nuevamente, las dos grandes potencias nucleares, con una dosis de agresividad verbal y militar no vista en anteriores crisis, con nuevos y más peligrosos desarrollos tecnológicos armamentistas, con mayor potencia de destrucción, y con dos hombres en el poder nuclear agresivos e imprevisibles: Trump y Putin.

En contrapunto y acorde con lo que el mundo desearía: el fin de las armas nucleares, el Premio Nobel de la Paz 2017 fue entregado a Beatrice Fihn, directora ejecutiva de la organización Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares, en octubre. En 1959 fue entregado a Philip Noel-Baker por su trabajo para el desarme, y en 2015 a la Agencia Internacional de Energía Atómica y a quien fuera su director, Mohamed El Baradei. En 1982 el Premio Nobel de la Paz fue para el embajador mexicano Alfonso García Robles, como reconocimiento a las negociaciones del Tratado de Tlatelolco, que abolió las armas nucleares en América Latina y el Caribe, firmado, ratificado y mantenido por todos los países de la región. Mostró el único camino por el que es posible un mundo sin armas nucleares.

El peligro nuclear es cada vez mayor por la carrera armamentista entre EU y Rusia y por el conflicto Corea del Norte —EU, por la incertidumbre respecto al Tratado con Irán y por la falta compromiso con la seguridad del planeta de los países que tienen armas nucleares y ponen en peligro a la humanidad. Ningún país ni gobernante alguno en el mundo debieran tener la capacidad de destrucción con que cuentan quienes encabezan nueve países con armas nucleares.

Periodista y analista internacional

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses