Una semana ha transcurrido desde la jornada electoral del pasado domingo y México parece transformarse en un país con esperanza y decidido a avanzar hacia el futuro. Muchas son las expectativas abiertas por el triunfo y las propuestas de Andrés Manuel López Obrador, virtual presidente electo. La arrolladora victoria de Morena en el gobierno de la Ciudad de México, gobiernos estatales, Congreso federal, Congresos locales, municipios y alcaldías de importantes ciudades, define un cambio como nunca se había visto en México en una sola jornada electoral. El voto ciudadano respondió al amplio y generalizado malestar social por la falta de crecimiento de la economía, la creciente desigualdad, la falta de oportunidades, la pobreza y la falta de empleo, los bajos salarios de la mayoría, la corrupción y la inseguridad.
El voto fue abrumador por el cambio, se abrió una alternancia nueva, distinta a la de 2000, no sólo por ser de centro izquierda, sino por la confianza ciudadana en que el cambio tiene mayor solidez para atender los grandes problemas nacionales y definir otros rumbos. El virtual presidente electo ha refrendado cuestiones políticas de importancia que fortalecen la confianza ciudadana. Su política incluyente es bien vista.
Los primeros dos discursos de López Obrador fueron los de un estadista consiente, decidido a gobernar para todos. Dio seguridad a la estabilidad económica, a la independencia del Banco de México y a su relación con los empresarios. Ni la Bolsa de Valores ni los mercados reaccionaron negativamente. Mostró que la larga transición será ordenada y civilizada. Presentó a una parte importante de lo que será su gabinete, se refirió a la relación con EU y a la negociación del TLC. Y claro, puso en el centro los temas sociales.
En resumen, los cambios están planteados sin descarrilamientos. AMLO mostró que está poniendo particular atención al tema de la seguridad, en torno al cuál anunció que separará seguridad de Gobernación y que revivirá la Secretaría de Seguridad Pública. En torno al tema habrá foros y discusión nacional e internacional para definir un programa de gobierno capaz de acabar con la violencia y pacificar al país.
AMLO Se refirió también a la construcción de dos refinerías y a la modernización de las existentes, atendiendo así un problema mayor de la dependencia de la adquisición de gasolinas en EU. Tema inquietante por el aumento de precio de las gasolinas. El virtual presidente electo tiene la vista puesta en los grandes temas.
Un asunto de importancia vital es cómo recuperará México el crecimiento económico que en el último año del gobierno del presidente Zedillo fue de 7%. Los años de la primera alternancia fueron de bonanza por los altos precios del petróleo, pero en vez de fortalecer la inversión, el gobierno incrementó el gasto. El crecimiento de la economía y la disminución de la desigualdad son temas cruciales que deberán ser abordados por el próximo gobierno de México. Hay que reconocer que el tema de la disminución del crecimiento económico es uno generalizado en América Latina y en no pocos países del mundo, en otros hay estancamiento. La desigualdad es también un problema universal, yo diría casi global, vinculado con el modelo de desarrollo.
La globalización está enfrentando graves crisis, aceleradas por la política económica y los aranceles que impone el presidente Trump, así como por las obligadas respuestas arancelarias de distintos países que agravan la situación económica mundial y que pueden desembocar en guerras comerciales. Un reto enorme que muy posiblemente tenga que enfrentar el gobierno de López Obrador es el del TLC con la renegociación o su posible extinción, que podría tener serias repercusiones negativas para la economía nacional. ¿Qué política frente a todo ello?
Periodista, analista internacional