No sólo puede afirmarse que el terremoto y sus secuelas han sido noticia en el mundo. El temblor de 7.1 grados que golpeó a la Ciudad de México ha sido también reconocimiento mundial de la emotiva, conmovedora, espontánea reacción solidaria de los mexicanos. Hombres, mujeres, jóvenes, viejos e incluso niños han participado en el rescate, el apoyo, la ayuda de mil y un formas a las víctimas del temblor. Las redes sociales se volcaron en la difusión de imágenes que dieron la vuelta al mundo. No ha habido noticia mas importante en los diarios nacionales, televisoras y noticieros de radio que los acontecimientos relativos al temblor.
La esperanza de los rescatados, el dolor por los muertos, la atención a los heridos, la tragedia de los familiares de las víctimas y de los que perdieron sus viviendas. Las redes sociales se volcaron también en la difusión de imágenes devastadoras, conmovedoras, esperanzadoras y dramáticas. En medio de la tragedia, la imagen proyectada por los mexicanos al país y al mundo ha sido la de la fuerza de la solidaridad. Y por tanto la de la esperanza.
México se puso de pie frente a la tragedia. Y eso el mundo entero lo ha reconocido. Hay que destacar, en primer lugar, el apoyo de los mexicanos en Estados Unidos, con un aumento importante de las remesas y apoyos extraordinarios de empresarios mexicanos allá. La ayuda internacional ha fluido generosa y amplia. Destacó en los primeros días la ayuda para el rescate de grupos altamente entrenados mediante equipos con experiencia rescatista de diversa índole, algunos militares, con alta tecnología, con perros entrenados, de Japón, de Israel, de España, de Panamá, de Chile con 18 topos rescatistas altamente experimentados, de Guatemala, Colombia, Cuba, Ecuador, Venezuela, entre otros países.
Hay sismólogos, ingenieros, geólogos de otros países del mundo, que siguen con interés profesional lo ocurrido en México desde el punto de vista de esas disciplinas, que analizan los efectos de las ondas de un temblor y sus repercusiones sobre los suelos sólidos o blandos de origen lacustre, como muchos de la Ciudad de México. También ha despertado mucho interés la experiencia, la preparación para hacer frente a los temblores, y la organización de protección civil, en particular en la CDMX. Los Ángeles avanza hacia la instalación de alerta sísmica el año que entra. California tiene particular interés, preponderantemente en Los Ángeles y San Francisco —ubicados en la Costa del Pacífico y también sobre la falla de San Andrés— en las experiencias de la CDMX.
La atención y el apoyo internacional se volcó hacia México en respuesta al temblor de 7.1 grados del pasado 19 de septiembre. México ha recibido un importante apoyo de 27 países, el inmediato a través de equipos profesionales de rescatistas y el de sostén a través de múltiples formas de ayuda sanitaria, alimentaria y social.
Destaca la rapidez con que la ayuda internacional ha llegado a México. Un total de 27 países han brindado amplia y generosa ayuda humanitaria con alrededor de 440 toneladas compuestas por enlatados, agua, artículos de primera necesidad, suministros médicos, equipos de trabajo, cocina e higiene, tiendas de campaña comunitarias y muchos otros enseres.
Como siempre en los desastres naturales han estado ahí y han tenido un importante papel el Ejército y la Marina. También han desarrollado un trabajo importante los organismos de Protección Civil federal, de la CDMX, de algunos estados de manera directa y en forma de apoyo por parte de otros. Es normal que haya tensiones en momentos críticos, en situaciones difíciles y altamente emotivas. Pero lo que ha prevalecido es el interés por rescatar y ayudar a las víctimas. Como sucede marginalmente, también ha habido quienes han querido llevar agua a su molino. Esa parte de la realidad, sin embargo, no oscurece la labor altruista de miles y miles de mexicanos que han hecho un loable y gran esfuerzo por la víctimas.
Ellos son la cara y el corazón del México solidario y que se pone de pie en la tragedia, los que lloran y apoyan.
Periodista y analista internacional