En el mundo entero las mujeres se movilizan en favor de sus derechos plenos, de la igualdad de oportunidades lo mismo en los espacios familiares, laborales, sociales y políticos. Puede afirmarse que se está gestando una nueva revolución en rechazo a la violencia de género en todos los ámbitos. En contra del maltrato, de la violencia y los asesinatos, del abuso sexual, de la misoginia. Hay un basta ya también de conculcación de derechos, de políticas patriarcales. El gran tema es la igualdad en todos los ámbitos de la vida pública y privada de las mujeres.
Hay avances importantes de las mujeres en los reclamos y en la política. En México se logró ya un Congreso con paridad de género. Se trata de un paso importante, más aún si se considera que en el mundo, los Parlamentos o Congresos tienen en promedio un 12.3% de representación femenina. Pero desde luego no es suficiente, es necesario consolidar lo avanzado, mostrar que las mujeres pueden contribuir a la política, mejorarla, darle un mayor tono social, trabajar en favor de la igualdad de derechos y oportunidades en toda la sociedad. Legislar contra todas la desigualdades con perspectiva de género.
Sin embargo hay que reconocer que estamos atrasadas en cuanto a participación política lo mismo en el poder Judicial que en el Ejecutivo. En el Judicial, en la Suprema Corte las mujeres son minoría. En el Ejecutivo, si consideramos a los estados y a la CDMX también. Sólo ocho mujeres han sido electas gobernadoras por el voto popular desde que las mujeres conquistaran sus derechos políticos plenos en 1952: La primera gobernadora fue Griselda Álvarez en Colima (1979-1985), luego fueron gobernadoras en Tlaxcala, Beatriz Paredes; en Zacatecas, Amalia García; en Yucatán, Yvonne Ortega; en Sonora, Claudia Pavlovich; en la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum como Jefa de Gobierno; en Puebla, Martha Erika Alonso, quien falleció trágicamente 10 día después de haber tomado posesión. Gobernaron también Dulce María Sauri, que sustituyó al gobernador en Yucatán, y Rosario Robles que sustituyó a Cuauhtémoc Cárdenas en el D.F.
Si se considera, como lo afirmaba Griselda Álvarez, que el verdadero poder está en el Ejecutivo, México está rezagado frente a otros países de América Latina. Ninguna mujer ha ganado la Presidencia en México y eso habla también de un atraso en nuestra cultura política y social. Rosario Ibarra de Piedra fue candidata a la Presidencia en 1982 y 1988; Marcela Lombardo y Cecilia Soto en 1994; Patricia Mercado en 2006 y Josefina Vázquez Mota en 2012. En las elecciones de 2018, Margarita Zavala fue candidata independiente a la Presidencia pero declinó antes de llegar a las urnas.
En la Suprema Corte integrada por 11 Ministros sólo dos son mujeres: Norma Lucía Piña Hernández y Yazmín Esquivel, propuestas por los presidentes Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador, respectivamente. Es notoria la desigualdad de género. Preside la Suprema Corte el ministro Arturo Zaldívar Lelo de Larrea.
Estados Unidos no pudo tener una primera mujer presidenta: Hillary Clinton perdió las elecciones. Sin embargo en las elecciones intermedias el Partido Demócrata avanzó con la elección del mayor número de mujeres que haya tenido en su historia la Cámara de Representantes, que encabeza la vocera Nancy Pelossi, cargo importantísimo porque ella sustituiría al presidente en su ausencia.
En América Latina han gobernado: Isabel Martínez de Perón tras la muerte de su esposo Juan Domingo Perón, de 1974 a 1976, año en que fue derrocada por un golpe militar. Violeta Barrios de Chamorro fue electa Presidenta de Nicaragua en 1990 y gobernó hasta 1997, venció al entonces presidente Sandinista Daniel Ortega. Mireya Moscoso (esposa del expresidente Arnulfo Arias) ganó las elecciones en Panamá en 1999, año en que ese país recuperó la soberanía sobre el Canal de Panamá. Las mujeres avanzaron en América del Sur, cuatro fueron presidentas de sus países en América del Sur, casi simultáneamente: En Argentina, Cristina Fernández de Kirchner; en Brasil, Dilma Rouseff (2014-2018); en Chile, Michel Bachelet fue presidenta en dos ocasiones 2006-2012 y de 2014-2018; en Naciones Unidas ha estado a cargo de ONU Mujeres.
Un ejemplo emblemático de que las mujeres pueden gobernar y de que lo hacen con una sensibilidad diferente a los hombres es el de Liberia. Ellen Johnson Sirleaf fue la primera mujer presidente en Liberia y en África. Ganó las elecciones de 2005, asumió el poder en 2006 y en 2011 fue reelecta. Logró poner fin a una guerra civil que ensangrentaba el país y que había dejado una estela de cientos de miles de muertos. Demostró que las mujeres gobiernan distinto, con sensibilidad social, que son capaces de negociar y de comprometerse, Sirleaf abrió un proceso de cambio centrado en la dignidad y los derechos que merecen todos los ciudadanos por igual. Tuvo la fuerza para hacer ese gran cambio. Recibió el Premio Nobel de la Paz 2011 compartido con otros dos personajes de Liberia y Yemen.
Otra mujer que gobernó su país, fue Gro Harlem Brundtland, la primera mujer, Primera Ministra de Noruega y primera de Escandinavia, valgan las redundancias. En las tres ocasiones en que ocupó el cargo de Primera Ministra encabezó gabinetes de mayoría femenina. Mostró de manera contundente que las mujeres pueden y saben gobernar. Gro Harlem Brundtland estuvo a cargo de la elaboración del Reporte de la Comisión de Medio Ambiente y Desarrollo de Naciones Unidas. El texto resultado de años de trabajo fue dado a conocer en el mundo bajo el título de Our Common Future en 1987-1988, en el que analizó los problemas críticos del desarrollo y el medio ambiente a nivel mundial, con propuestas realistas para resolverlos y asegurar el progreso humano: Advirtió, es “tiempo de unir economía y ecología con el fin de evitar los daños ambientales que amenazan la sobrevivencia de la raza humana”.
Hoy destaca un movimiento juvenil al que se han adherido jóvenes fundamentalmente de países europeos. Encabezado por Greta Thunderbert, joven de 16 años nacida en Estocolmo, Suecia, es un movimiento sin precedente frente a la crisis que amenaza el cambio climático. Reclama: “nosotros enfrentamos la mayor crisis existencial de la humanidad”. Los jóvenes se movilizan todos los viernes sin entrar a clases. El movimiento inició el 22 de febrero y continúa en varios países. Son mujeres la mayoría de los líderes participantes.
Periodista, analista internacional