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La tensión aumentaba en Venezuela en la víspera de la movilización de apoyo del autoproclamado presidente provisional Juan Guaidó, joven de 35 años, apoyado por el Presidente Donald Trump. El lunes, Washington anunció sanciones económicas, confiscación de cuentas, que buscan debilitar y derrocar a Maduro y, paralelamente, fortalecer a Guaidó. Estados Unidos fue sobre la principal riqueza de Venezuela: el petróleo, debilitado por la caída de los precios y por errores en la conducción y en la inversión para reponer reservas y activos.
El bloqueo de activos petroleros se calcula en 7 mil millones de dólares con una caída de facto de 11 mil millones por pérdidas en la exportación, se ahoga así la más importante fuente de ingresos del gobierno de Maduro.
EU tomó medidas contra la petrolera PDVSA, mientras Guaidó decía buscaba controlar los activos petroleros de Venezuela y designar nuevos ejecutivos. No es difícil imaginar a quién entregará EU los recursos de la comercialización petrolera. El petróleo venezolano que se encuentra en el mar deberá seguir su destino, admitió Washington, el dinero irá a otra cuenta designada. ¿A quién se entregará el dinero de la comercialización del petróleo? Previsiblemente a Guaidó. EU no permitirá que el petróleo venezolano vaya a China o a Rusia.
El petróleo y las finanzas son elemento central en la disputa donde ya suenan los tambores de una guerra civil con intervención de la Casa Blanca que ha señalado reiteradamente que todas las opciones están sobre la mesa, ¿amenaza velada de una intervención militar?
Washington ha afirmado también que cualquier agresión a Guaidó, a los manifestantes o al personal de su embajada en Venezuela tendrá una respuesta inmediata. Los ánimos se calientan y Washington llama a los países de la ONU para apoyar Guaidó, a quien ofrece 20 millones de dólares para alimentos.
El objetivo de las sanciones económicas es debilitar aún más al régimen de Maduro, caracterizado por la mala conducción del país, los enfrentamientos con la oposición, la represión, la mala situación económica, la polarización del país, la pobreza extrema de grandes segmentos de la población. Se dice que Washington moviliza a 5 mil elementos del ejército a Colombia, vecino de Venezuela.
El otro elemento central en la confrontación es el Ejército Bolivariano que hasta ahora apoya a Maduro, salvo algunas defecciones posiblemente inducidas por Washington: como la del agregado militar en la embajada venezolana en EU. Guaidó ofrece amnistía a los militares, toca puertas en los cuarteles para ganar el apoyo del ejército. Tiene el apoyo de EU pero hoy por hoy no logra el apoyo del Ejército Bolivariano.
Paralelamente se implementan otras sanciones económicas en EU y otros países contra las cuentas de la Venezuela de Maduro. Hay llamados a sectores empresariales a evitar negociar o permitir acceso fondos a Maduro. Duro golpe, EU paga el petróleo en efectivo, lo que no hacen China y Rusia, aunque eso puede cambiar. Como en prácticamente la totalidad de las guerras de EU en Medio Oriente, el petróleo ha sido objetivo central y Venezuela tiene enormes reservas petroleras.
La crisis política, viene arrastrando gravísimos problemas económicos, con una inflación nunca vista, problemas sociales que afectan a todo el país y, de manera extrema, a los sectores más pobres, por lo que millones de venezolanos han abandonado su tierra. Los niveles de confrontación, la brutal represión y los choques han producido muertos y presos, la mayoría de los cuales son responsabilidad del gobierno de Maduro, sin que los opositores sean madres de la caridad, ya que cuentan también con grupos armados de choque y han provocado también violencia.
Así, la polarización izquierda-derecha ha llegado a niveles insostenibles habiendo perdido el centro político. En la confrontación Guaidó se niega al diálogo y la construcción de acuerdos, apoyado por Estados Unidos. Escalan las protestas de los opositores. Se prepara el derrocamiento de Maduro. El gobierno de Trump interviene abiertamente y juega todas sus cartas en apoyo del autonombrado presidente interino, un joven de 35 años con escasa trayectoria política. Una cara nueva y disponible.
La autodesignación de Guaidó como presidente interino y su inmediato reconocimiento por parte de Trump agravó la crisis venezolana. La sesión urgente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas no aceptó la propuesta de Estados Unidos. Rusia y China, ambos con derecho de veto, rechazaron al opositor venezolano. El Secretario General de la OTAN, Stoltenberg resaltó la importancia de evitar una guerra civil y la violencia en Venezuela, la Unión Europea llamó a la realización de elecciones en Venezuela, de manera inmediata.
América Latina está dividida, el Grupo de Lima mayoritariamente coincide con Estados Unidos y reconoce a Guaidó. México se cuece aparte y reitera los principios constitucionales de su política exterior, reafirma la no intervención y el respeto a la autodeterminación de los pueblos. Giro de 180 grados en relación con la política del ex canciller Luis Videgaray. México reivindica su política exterior: no intervención y autodeterminación. Ofrece ser mediador de un diálogo para solucionar el conflicto, solución pacífica de las controversias, lo sabe hacer, lo hizo con El Salvador y terminó una guerra de años. Coincide con la política impulsada por Naciones Unidas y parcialmente con la de la Unión Europea que se pronuncia por una salida negociada y por nuevas elecciones en breve. Uruguay, como México, plantea una salida política a la confrontación; el expresidente de Uruguay, José Mujica, advierte se debe evitar la guerra. El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador ofrece los oficios del canciller Marcelo Ebrard en la negociación y México como sede de una mesa de negociación.
Envalentonado con el apoyo de EU, Guaidó rechaza el diálogo si no es para hablar sólo del fin de la “usurpación”, es decir, del gobierno de Maduro.
Estados Unidos mantiene inaceptables políticas golpistas de la década de los 70 en una nueva versión siglo XXI. El conflicto en Venezuela sin duda es un tema central para la relación de EU con América Latina. Sentará precedentes.
