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El miércoles 5 de junio se celebró el Día Mundial del Medio Ambiente promovido por la Organización de las Naciones Unidas , por lo que es un buen momento para reflexionar sobre este tema.
Nueve de cada diez seres humanos respiramos aire contaminado, el cual mata a 7 millones de personas cada año, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), y causa accidentes cerebrovasculares, enfermedades cardíacas, cáncer de pulmón e infecciones respiratorias, incluida la neumonía. De hecho, un tercio de las muertes por accidente cerebrovascular, cáncer de pulmón y enfermedades del corazón se deben a la contaminación ambiental.
Asimismo, la OMS estima que la contaminación ambiental tiene un costo anual de 5 billones de dólares a nivel mundial. Además, los niños son especialmente vulnerables, ya que incluso a niveles bajos de contaminación se ha documentado un importante daño en la función pulmonar infantil.
El aire contaminado también afecta el desarrollo neurológico, lo que disminuye las capacidades cognitivas de los niños. Esto es preocupante porque en los países de ingresos bajos y medios, 98% de los niños menores de 5 años están expuestos a insalubres niveles de partículas contaminantes de 2 micrómetros (PM2.5). Esta cifra se reduce a 52% de los niños en los países de ingresos altos.
Una de cada cuatro muertes de niños menores de 5 años está directa o indirectamente relacionada con la contaminación ambiental. En total, cado año mueren alrededor de 600 mil niños menores de 5 años en el mundo a causa de infecciones respiratorias agudas causadas por la mala calidad del aire.
También se tiene que añadir los costos del cambio climático, que es real y es causado por los gases de efecto invernadero (GEI) que producimos. Estos costos incluyen la generación de desastres naturales más destructivos y las inundaciones. Muchas personas han tenido que emigrar por los efectos del cambio climático y, de acuerdo al Banco Mundial, otras 140 millones de personas de África, al sur del Sahara, Asia meridional y América Latina se verán obligados a emigrar para el año 2050 por el mismo fenómeno.
Después de reflexionar sobre estos datos, vale la pena recordar que México acaba de pasar por una severa contingencia ambiental que nos ubicó entre los 5 países con el aire más contaminado del mundo y por momentos ocupamos la primera posición.
Aunque ya pasó lo peor de la contingencia ambiental en la zona metropolitana del Valle de México, permanece la obligación de reducir nuestras emisiones contaminantes a la atmósfera, ya que México es el país que registra los mayores niveles de contaminación ambiental de Latinoamérica y a nivel mundial ocupa la posición 33.
Nuestro país ha mostrado la voluntad de reducir su emisión de contaminantes, por lo que suscribimos en 2015 el acuerdo de París y nos comprometimos a implementar medidas para que la emisión de GEI en 2030 sea 22% menor a la prevista, es decir, que nuestras emisiones contaminantes crezcan de 2013 a 2030 0.8% cada año, en lugar del 2.3% que se tenía previsto.
De 2013 a 2015, que es el último dato disponible, las emisiones de GEI en México crecieron 1.3% cada año, lo que indica que hemos avanzado, pero aún nos falta hacer más para reducirlo al 0.8% deseado.
La mayor fuente de las emisiones de gases de efecto invernadero en México son los medios de transporte aéreos y terrestres que contribuyen con 22.8% de las emisiones y, la mejor forma de reducir su impacto ambiental es sustituir gradualmente los motores de combustión por motores eléctricos y reducir la necesidad de desplazamiento, redensificando las ciudades y aprovechando las tecnologías de la información.
No obstante, la generación de energía eléctrica es la segunda fuente de gases de efecto invernadero en México, al ser responsable de 20.3% de estas emisiones.
Para reducir los GEI provenientes de la producción de electricidad, México se propuso la meta de elevar a 35% la generación eléctrica con energías limpias en 2024 y llegar a 50% en 2050.
Sin embargo, a inicios de este año el gobierno canceló indefinidamente las subastas para adquisición de energía limpia, lo que retrasará el alcance de la meta en aproximadamente 10 años, de acuerdo con analistas del sector.
Nuestro país debe plantearse seriamente lograr ese objetivo y para ello podría seguir el ejemplo de Portugal, Noruega, Costa Rica, Uruguay e Islandia que ya han logrado, en algunos momentos del año, producir el 100% de la energía eléctrica que necesitan por medios renovables.
Estos países han aprovechado una fuerte reducción en el precio de producción eléctrica por fuentes limpias. De hecho, el Foro Económico Mundial y la Agencia de Energía Renovable señalan que en 2020 probablemente el costo de producir energía con fuentes renovables sea más barato que hacerlo con combustibles fósiles.
Además, esos países tienen un fuerte compromiso con el medio ambiente . Por ejemplo, Costa Rica disminuirá a la mitad la cantidad de autos en circulación en las ciudades para 2040; estableció una reducción de aranceles para vehículos eléctricos y 70% de sus autobuses serán eléctricos. Mientras tanto en México destinamos una gran cantidad de recursos para construir una refinería, con el fin de seguir consumiendo gasolinas en lugar de fortalecer las energías renovables.
Por otro lado, más de 25% del territorio nacional de Costa Rica es un área natural protegida y es uno de los pocos países que ha logrado revertir la deforestación. El territorio cubierto por bosques ha pasado de 21% en 1987 a más de 50% actualmente. Esto se ha conseguido con un sistema de pago por servicios ambientales. Una parte de los impuestos sobre los carburantes van a un Fondo para el Financiamiento Forestal de Costa Rica, que retribuye a los propietarios de fincas y bosques por conservar el espacio natural y hacer proyectos que lo fortalezcan. Además, muchas empresas contribuyen económicamente al fondo para compensar su impacto sobre el medio ambiente.
En México vamos por el camino contrario. Aquí se han abandonado los programas de pago por servicios ambientales y se canceló la creación de la gran Reserva de la Biósfera en el Mar de Cortés. Lo que se está implementando es un regreso a subsidios agropecuarios, programas de repoblación ganadera y de siembra de árboles frutales y maderables, lo que genera incentivos para que la gente en el campo incendie más terrenos con el fin de ampliar la frontera agropecuaria y tener acceso a los subsidios gubernamentales.
También es necesario señalar que en nuestro país se impulsa la generación de energía eléctrica con carbón, se debilita a las instituciones autónomas a cargo de la transición energética y a las mismas instancias gubernamentales. Por ejemplo, el presupuesto de Semarnat se redujo 17.5%, el de la Comisión Nacional Forestal y de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas se redujo 40% y se canceló el fideicomiso que financia la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad. Finalmente, se han iniciado proyectos como Dos Bocas y Santa Lucía sin cumplir con los requerimientos legales en materia de impacto ambiental, y en el caso del Tren Maya, en los hechos, están sustituyendo este cumplimiento legal con un permiso a la Madre Tierra, en un proyecto que amenaza a la Reserva de la Biósfera de Calakmul.
Hay quien argumenta que estas medidas tomadas en México son en favor del crecimiento económico, pero regresando al ejemplo de Costa Rica, podemos ver que sus esfuerzos en protección medioambiental no han frenado su economía, por el contrario, desde 1991 ha crecido en promedio 4.4% al año, muy superior al 2.8% registrado en Latinoamérica.
Cuidar el Medio Ambiente no tiene porque ir en contra del crecimiento económico, ya que México que es uno de los 10 países más atractivos para invertir en energías limpias, como señaló Gerardo Barajas, director del Portafolio de Energías Renovables de UBM, en el Mirec Week, la semana de las energías renovables en México.
Además, la contaminación del aire resta competitividad a nuestras ciudades. Un lugar contaminado y sucio atrae menos inversiones, promueve una menor generación de empleo y atenta seriamente contra el bienestar de los habitantes.
Eso te afecta a ti, joven mexicano .A ti que tanto te importa el medio ambiente , así como la vida de los animales y las plantas, pero también te debe preocupar tu propio bienestar.
Manifiéstate contra las acciones que hagan un daño irreparable a la naturaleza, movilízate contra esas decisiones tomadas a la ligera que van en contra del sentido común, de nuestros propios intereses y de la vida misma.