El día de ayer se celebró el Día Mundial del Turismo, una iniciativa global impulsada por la Organización Mundial de Turismo que cada año se centra y pone en la agenda algún tema o problemática relevante para el sano desarrollo y crecimiento sostenible de la actividad turística a nivel internacional.
En esta ocasión la discusión giró en torno al “Turismo y transformación digital”, y tiene como objetivo principal centrarse en la necesidad de invertir en tecnologías digitales revolucionarias que ayuden a crear un entorno de innovación y emprendimiento en el sector.
Gracias a los avances digitales, el sector turístico puede mejorar su aportación a los objetivos que se ha planteado la ONU, los cuales son: la inclusión social, empoderamiento de las comunidades, detonar la iniciativa empresarial y eficientar la gestión de los recursos.
Para dimensionar el potencial que tiene el turismo como agente de cambio en nuestro país, vale la pena recordar que esta actividad representa 8.7% del PIB, proporción que se ha incrementado año con año gracias a que desde 2015 el turismo ha crecido más rápido que el resto de la economía, convirtiéndose así en un motor de crecimiento económico.
En 2017 nos visitaron más de 39 millones de turistas internacionales, dejando una derrama de 21 mil 300 millones de dólares, lo que nos convirtió por primera vez en el sexto país más visitado del mundo y el 15 en captación de ingresos. En materia de empleo, el sector turístico en México contribuye con más de 10 millones de puestos de trabajo directos e indirectos.
Por eso el turismo se ha convertido en una parte de la solución a uno de los mayores problemas que aquejan a nuestro país y que ponen en riesgo su sano desarrollo: la desigualdad y la exclusión social.
En este sentido, el sector turismo en México es la puerta de entrada de los jóvenes a la vida productiva, ya que el 21% de los trabajadores de la industria turística tiene entre 16 y 24 años. Su importancia es aún mayor en el caso de las mujeres, pues 57% de los empleados del sector son del sexo femenino.
Además es un sector que combate efectivamente la desigualdad al promover la movilidad social. Por ejemplo, un trabajador puede iniciar desde el escalafón más bajo de la cadena de servicios turísticos e ir ascendiendo hasta niveles de alta responsabilidad o, incluso, convertirse en empresario del sector al aplicar las experiencias adquiridas.
La prueba de esta efectividad está en que los estados de la República con mayor crecimiento del PIB son aquellos con un sector turístico grande, como Baja California Sur y Quintana Roo. Además, los datos del INEGI muestran que los municipios con vocación turística presentan menores grados de marginación que aquellos que no la tienen.
Si todo esto hemos logrado como sector hasta ahora, imaginemos todo lo que podríamos lograr si potenciamos el desarrollo turístico a través de un uso creativo y con una visión innovadora de las nuevas tecnologías y el avance digital.
Actualmente, alrededor del 70% de los boletos de avión y de las reservas de hotel se hacen a través de dispositivos móviles, y esta es una tendencia que se irá acrecentado en el caso de las entradas a atracciones, renta de autos, y cualquier tipo de servicios, lo cual genera una cantidad extraordinaria de información explotable.
Con las herramientas y técnicas de procesamiento y análisis de big data se podría generar una oferta cada vez más personalizada de productos y servicios turísticos que nos ayude, por ejemplo, a elevar el gasto promedio por turista y por ende la derrama del turismo, uno de los retos que tenemos pendiente.
La necesidad que tienen los prestadores de servicios de aceptar pagos electrónicos y la facilidad con la que pueden hacerlo gracias a las nuevas plataformas digitales y el surgimiento de las empresas fintech, además de generar más información, ayudarán a avanzar en la inclusión financiera de la población.
Para hacer realidad estas y muchas otras posibilidades que nos ofrece la tecnología, tenemos que idear y desarrollar los mecanismos que nos permitan aprovechar la información a través de convenios de colaboración con plataformas tecnológicas y redes sociales, el ordenamiento y homogenización de los datos, la seguridad de la información personal, y todo lo que sea necesario para acrecentar el aporte del turismo al bienestar de los mexicanos.