¿Cómo transformar a México? Lanzó la pregunta porque percibo que a menudo omitimos gran parte de la respuesta. Cada 6 años creemos que algún político engloba la posibilidad de una transformación para el país. Cuando el político llega a la presidencia nos entusiasma pensar que ahora sí ha llegado el momento en que lograremos lo que el pasado nos ha impedido. No nos gusta entender el cambio como una acción comunitaria, organizada o institucional porque la idea de que algún líder todo-poderoso nos salvará de nosotros mismos resulta más sencilla. Es por es que cada 6 años vertimos la esperanza sobre un solo ser humano. Es por eso que seis años después ineludiblemente acabamos defraudados por nuestras propias expectativas.
Los procesos electorales no sirven únicamente para elegir presidentes. A menudo escucho a gente decir que votar por algún candidato sin oportunidades de triunfo equivale a “un desperdicio del voto”. Entender los procesos electorales de esta forma omite las complejidades del vasto espectro social y político de un país. En un espectro amplio, votar por las minorías significa empoderarlas e incluir sus temas en la agenda nacional. Y en un país donde los cambios de gran escala no han sucedido en muchas décadas, los pequeños cambios suelen ser mucho más efectivos para transformar lo que no nos gusta.
La realidad así lo dicta. Mientras que los niveles de pobreza y desarrollo llevan décadas sin cambiar, las pequeñas políticas de inclusión han dado paso a grandes cambios en lugares como la Ciudad de México. Bajo esta visión se podría decir que en realidad la forma más efectiva de incidir sobre nuestro entorno es con el voto por “los que no tienen chance”. ¿De qué sirve votar por un candidato que representa a una minoría? Respondo con la pregunta inversa; ¿De qué ha servido votar por un candidato que representa a la mayoría? En el México de los últimos sexenios parecería que “desperdicia” más su voto quién lo hace por los “que pueden ganar” que por los que no.
Por eso, de cara a la elección del próximo año es tan importante hacer una revisión de las candidaturas “independientes” que buscan obtener las firmas para participar en el proceso. En realidad, conceptualmente los candidatos “independientes” son muy pocos; la mayoría de los que se presentan como tal son simplemente exiliados temporales. La independencia no puede existir aislada, sino tiene que ser en referencia a algo más. ¿De qué es independiente un candidato que acaba de renunciar a su vida partidista? Su única independencia es al logotipo de su partido; pero su manera de hacer política, su estructura y sus alianzas siguen dependiendo extensamente de las redes que fueron tejidas desde el seno del partido.
Reducir el concepto de “independencia” a su concepción partidista demuestra la eficiencia con la que los políticos tradicionales ensucian todo lo que tocan; ellos no están en contra del sistema de partidos mexicano, están en contra de que hayan sido impedidos de una candidatura por él. Son políticos tan iguales a candidatos partidistas que en realidad estuvieron a punto de serlo.
Entre todos, hay una excepción muy clara; Marichuy. La candidata del Concejo Indígena no es sólo independiente con respecto a la vida partidista, sino que es independiente en su cosmovisión del mundo, su entendimiento del país y su lucha. Cuando Marichuy habla lo hace rodeada de mujeres, cuando Marichuy habla lo hace como vocera. El problema es que el sistema de registro de “independientes” fue concebido por el INE para beneficiar a los exiliados y no a los verdaderos independientes. Marichuy no tiene estructuras partidistas que le consigan firmas y muchas de las comunidades que visita no tienen acceso a internet. Irónicamente, la única candidata independiente es castigada por realmente serlo. Pero su candidatura es imprescindible. El logro más grande de la elección del próximo año podría ser que en la boleta apareciera una mujer indígena e independiente. ¿Cómo transformar a México? No lo sé del todo pero estoy seguro que la inclusión del Concejo Indígena en la contienda electoral hará mucho más para lograrlo que cualquier resultado presidencial.
Analista político. @emiliolezama