En el proceso electoral que vive México son constantes las voces que plantean, entre otras demandas, privilegiar las propuestas en lugar de ataques, evitar e identificar las noticias falsas y contener la violencia contra candidatos, especialmente en municipios y estados.
Pero hay quienes están empezando a señalar la importancia de mirar desde ahora lo que pueda presentarse después del 1 de julio, como las denuncias por eventuales actuaciones fuera de la ley electoral.
En entrevista que hoy presenta EL UNIVERSAL, el rector de la Universidad Iberoamericana, David Fernández Dávalos, considera clave el papel que tendrán los árbitros de la contienda, tanto el Instituto Nacional Electoral como el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, y la necesidad de que su desempeño sea imparcial, con pulcritud técnica y despolitización absoluta.
Para el rector los ciudadanos deben tener un rol activo que sirva de contrapeso y fomente la participación donde no lo han hecho, no han podido o no han querido las autoridades electorales. Como muestra de que han quedado a deber, señala el spot que difundió la organización Mexicanos Primero y la validación del apoyo fraudulento a candidatos independientes.
Sobre la participación de los jóvenes en temas políticos, el rector descarta apatía, aunque precisa que tienen otros modos de participación y de convocatoria; “están conscientes de lo que está en juego en este proceso”. Sin embargo, lamenta que en los últimos tres o cuatro sexenios este sector de la población haya sido desatendido y agredido.
La evaluación de Fernández Dávalos es para tomarse en cuenta. Hasta ahora es poco lo que ha trascendido de las propuestas de los candidatos a la Presidencia en el tema de los jóvenes. Son otros asuntos los que han dominado. Y lo que se ha planteado aún requiere pasar por la prueba de expertos y especialistas sobre su viabilidad. Ayer se comentó aquí cómo más de la mitad de las propuestas de los candidatos a la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México están lejos de ser congruentes y viables.
Sobre los árbitros electorales, la alerta que lanza el rector es pertinente y todavía en buen momento. Entre un sector de la ciudadanía está la percepción de que los aspirantes a cargos públicos están quedando a deber con su desempeño.
El reto es que el clima de las campañas no trascienda a los órganos electorales. Resoluciones transparentes y apegadas a la ley contribuirán al respaldo de la opinión pública y por tanto a la percepción de que se ha hecho una tarea eficiente.