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La Ciudad de México, Monterrey y Guadalajara, las tres principales metrópolis del país, comenzaron el año bajo densas capas grises y en medio de contingencias ambientales. Las fotos publicadas en esta edición son elocuentes. La problemática registrada es evidencia de varias situaciones, pero la falta de conciencia ambiental en la población puede considerarse la más grave.
A pesar de los esfuerzos puestos en marcha hace varias décadas, en los que se encuentran la inclusión de materias relativas al cuidado del entorno en la educación básica así como la creación de instancias gubernamentales para promover la protección del ambiente, todo indica que para buena parte de los habitantes de las ciudades evitar la contaminación no es algo prioritario.
De nada serviría argumentar que es una situación que se presenta únicamente como parte de las fiestas familiares de fin de año. Bastan unas horas para causar daños a la salud, en especial de los más vulnerables: niños y adultos mayores.
Si existiera una verdadera educación ambiental, la probabilidad de que las ciudades vivieran contingencias ambientales sería menor. En la capital del país la situación de emergencia se extendió hasta este miércoles.
En la Ciudad de México el día de Navidad se presentó una condición similar —fase 1 de contingencia en una zona de la megalópolis—, que no sirvió de experiencia para desarrollar un plan que lo evitara una semana después.
Se requieren acciones preventivas de la autoridad, pero también la erradicación de “tradiciones” como encender fogatas o la quema indiscriminada de cohetes, la mayoría de ellos prohibidos para su venta. Esto último es otra de las problemáticas que deja ver la contaminación en las tres ciudades.
La venta de pirotecnia de manera clandestina aumenta el número de incendios y de accidentes en estas fechas. En los últimos seis años, con corte al 1 de octubre de 2018, se han registrado 161 explosiones en talleres de todo el país. Además, el domingo pasado la Unidad de Datos de EL UNIVERSAL documentó otras 11 hasta el 15 de diciembre, lo que da un total de al menos 172, de las cuales en 72 hubo muertes.
Dañar el ambiente repercute de manera directa en la vida de todas las personas al afectar principalmente su salud. Con lo registrado en las primeras horas de este 2019 queda claro que el cuidado de nuestro medio es una materia pendiente a lo largo y ancho del país.