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La importancia de México en el ámbito internacional es manifiesta desde el momento mismo que nuestro país fue uno de los 51 Estados que fundaron la Organización de Naciones Unidas, en 1945. Son 74 años en los que el organismo ha velado por la discusión y solución civilizada de los problemas globales: la paz y el respeto a los derechos humanos, el cambio climático y el desarrollo sostenible, así como las emergencias humanitarias y de salud, entre otros.
Dentro de la ONU, el Consejo de Seguridad es la máxima instancia que se encarga de la paz mundial. Cuenta con 15 miembros, de los cuales cinco son permanentes; los otros 10 se renuevan periódicamente. En los últimos 74 años, México ha sido integrante del Consejo en cuatro ocasiones: 1946, 1980-1981, 2002-2003 y 2009-2010.
Por tercera vez en lo que va de este siglo, México ha propuesto su candidatura para ocupar un asiento en el Consejo de Seguridad, y 33 naciones de América Latina y el Caribe adelantaron que votarán en favor de la gestión mexicana.
La responsabilidad no es menor, pues en el organismo se imponen embargos o sanciones económicas, o se autoriza el uso de la fuerza. Además, los Estados miembros están obligados a acatar sus decisiones.
México se ha ganado un lugar en el escenario internacional acorde con su peso económico en el mundo. Regresar al Consejo de Seguridad en el periodo 2020-2021 debe servir para fortalecer su prestigio diplomático e impulsar temas que contribuyan a la paz global y convertirse en la principal voz de una región que requiere de mayor presencia en organismos internacionales.
Los planes de transformar a México no deben marginar la participación en puestos de relevancia en organismos internacionales. El país tiene problemas cuya resolución se daría de mejor manera si se alcanzan acuerdos globales para contenerlos, pues no son exclusivos de México, por ejemplo la migración indocumentada, la legalización de las drogas y el combate a la corrupción.
El mundo debe tener presente los principios diplomáticos de México: pacifismo y respeto al Derecho internacional. Sea en Naciones Unidas o en otros foros internacionales, la voz de México merece ser escuchada.