No es la economía, no es la contaminación, tampoco el transporte. La violencia es el principal problema para los habitantes de la Ciudad de México. La percepción ciudadana y los datos duros coinciden de manera plena.

En los primeros cinco meses de 2019 se han contabilizado 756 víctimas de homicidio doloso, por arriba de los 550 casos registrados en igual periodo de 2018, de acuerdo con registros oficiales. Para 86% de los capitalinos, el avance en el abatimiento de la inseguridad es poco o ninguno, según resultados de una encuesta realizada por EL UNIVERSAL.

La autoridad local acepta la situación sin evasivas. El gobierno federal también la reconoce. El presidente Andrés Manuel López Obrador mencionó ayer que están creciendo los delitos en la Ciudad, especialmente el homicidio, al pasar de dos al día a seis, y anunció que la capital del país será una de las zonas que tendrá presencia de la Guardia Nacional, luego de que se ponga en marcha el próximo domingo.

Por primera vez elementos federales realizarán tareas de seguridad pública —patrullajes y operativos especiales— en amplias zonas de la CDMX, que por muchos años fue un ejemplo de seguridad. Serán mil 800 elementos desplegados en cinco alcaldías.

La coordinación y la inteligencia parecen aseguradas, pues el gobierno local explicó que ha habido comunicación con autoridades mexiquenses y con la policía capitalina, además de que los operativos tendrán que partir de tareas previas de investigación.

No obstante, la operación de elementos federales implica al menos dos riesgos, que se volvieron frecuentes en operativos federales realizados en administraciones anteriores. El primero, el descuido de las corporaciones locales; estados y municipios preferían el arribo de efectivos federales que desarrollar cuerpos policiacos eficientes. El segundo, el abuso de derechos humanos; ha sido usual que se ignore el precepto constitucional que determina que nadie puede ser molestado en su persona, familia, domicilio, papeles o posesiones sin mandamiento escrito de la autoridad competente. El despliegue de la Guardia Nacional no debe servir de pretexto para cualquiera de esas situaciones.

La inseguridad en la capital del país se convertirá en el principal reto de la naciente Guardia Nacional. Para bien o para mal el éxito o el fracaso en la CDMX podría ser decisivo para contener la violencia en el país. Es un examen de alto riesgo. Esperamos que dé resultados.

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