En la cabina de clase turista, muchas veces no solo se sufre por el estrecho espacio entre los asientos, o por la mala comida, o por que todo se cobra, también se puede sufrir por el frío casi polar.

No importa la época del año (sea pleno verano o en vacaciones de invierno) ni tampoco el destino, en la cabina puede hacer muchísimo frío. Según el experto en viajes Michael Gebicki, esto se debe a que a cuanto menor temperatura, menor riesgo de que los pasajeros se desmayen.

Los pilotos tratan de mantener una temperatura ambiente de 22° C, a lo sumo 23° C. Cuando llega al mínimo, muchos pasajeros se quejan con justa razón y empiezan a temblar. Un estudio publicado en American Society for Testing and Materials explica: "Hay evidencia de que la presión y la temperatura de la cabina pueden contribuir a que ocurran síncopes (desmayos)". A eso se le suma la resequedad y otros factores como la paranoia de estar encerrados.

Un piloto retirado de la aerolínea Delta, suma otra razón en una entrevista con la revista Traveller . Los aviones nuevos pueden regular mejor la temperatura, pero los más viejos no. Por eso es que se pasa de una temperatura ambiente aceptable a una congelada. El consejo entonces es que te abrigues porque una cabina cálida no es buena idea. Hay otra razón que las sobrecargos argumentan con la mano en la cintura: "se descompuso la ventilación, no hay más asientos y hágale como quiera".

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