Se extrae de las minas del municipio chiapaneco de Simojovel. El ámbar es una resina fosilizada que “sudaban” los árboles de guapinol, ahora extintos. Su color y aroma llamativo eran un imán de insectos que quedaban atrapados en la resina. En la actualidad, este “adorno” encapsulado y el pulido de la piedra es lo que la hace auténtica. También es considerado como un protector contra el “mal de ojo”.