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Antes de realizar su primera y única misión espacial, hizo una petición: incluir tortillas en el menú que comerían por siete días, él y otros seis astronautas a bordo del transbordador Atlantis. El deseo le fue concedido. El 26 de noviembre de 1985, México era representado en el espacio por dos insignias, el maíz y Rodolfo Neri Vela, el primer astronauta nacional seleccionado por la NASA para orbitar la Tierra.
A casi 32 años de su misión, platicamos con el Doctor Neri para que nos instruyera sobre los viajes espaciales diseñados para turistas. Según reveló, la experiencia es muy “económica”, comparado a lo que cuesta mandar un astronauta de verdad al espacio.
¿Qué es lo mejor de estar en el espacio?
“La sensación de flotar”, dice el astronauta. Todos los seres vivos y objetos pierden su peso. Al principio, es difícil mantener el equilibrio y hay mareo. Los viajeros van a experimentar “hinchazón en la cara y notarán que sus piernas se adelgazan por la falta de gravedad”. Incluso, los huesos pueden crecer hasta cinco centímetros. Por eso, Rodolfo Neri recomienda ejercitarse, al menos unos tres meses antes del viaje.
¿Hasta dónde llega el turista espacial?
Todo depende de la compañía. Destinia.com solo los lleva a la estratósfera para ver la curvatura de la Tierra o darle la vuelta completa; la experiencia dura, máximo, dos horas. Sin embargo, la compañía rusa Space Adventures permite estar una semana en la Estación Espacial. “Ahí entenderán los riesgos a los que se expone un astronauta: radiación corporal, impactos de micrometeoritos y muchos más”, explica Neri.
(Cápsula para viajar al espacio. Foto: World View Enterprise)
¿Y la comida?
Los batidos y polvos de proteínas y vitaminas quedaron en el pasado. Ahora, cualquiera que vaya al espacio come “de verdad, pues los alimentos son deshidratados por congelación y se rehidratan con agua caliente antes de ingerirlos. Los astronautas tienen una dieta controlada de tres mil calorías por día. Sus viandas están perfectamente racionadas para no consumir de más.
¿Cómo duermen?
Si eres de los afortunados viajeros que tienen las posibilidades de pagar una semana en la Estación Espacial, debes saber que no habrá una cama mullida para ti. Todo lo contrario, dormirás en un diminuto cubículo de paredes acolchonadas, a las que se sujeta una bolsa de dormir para que no andes dando tumbos ante la falta de gravedad.
Y si te preguntas por el aseo personal o cómo ir al baño, aquí viene la respuesta: “hay toallas húmedas para frotar el cuerpo con jabón líquido que no requiere enjuague. Lo más complicado es lavarse los dientes: ante la falta de un lavabo, deben escupir rápidamente en una toalla o, de plano, tragarse la mezcla de agua y pasta dental”.
El sanitario: “para residuos líquidos y sólidos se utilizan contenedores de succión que envían las heces a bolsas y la orina se trata para convertirla en agua potable” explica el doctor.
Regreso a casa
Al igual que un astronauta, después de una misión, la sensación al pisar tierra es la misma: “el cuerpo se percibe muy, pero muy, pesado, como si trajera placas de plomo. Cuesta trabajo levantar las piernas y el corazón late a toda prisa. Afortunadamente, en menos de una hora, las funciones fisiológicas vuelven a su normalidad”.
Los astronautas que pasan más de medio año en la galaxia se someten a análisis clínicos especializados, para saber si la sangre no sufrió algún cambio genético.
¿Cuánto cuesta ir al espacio?
Un turista espacial debe estar preparado con 120 mil dólares, como mínimo, para dar una vuelta al globo terráqueo. Si quiere pasar una semana en la Estación Espacial, el precio es de 35 millones de dólares. La última persona que pagó por ello fue Guy Laliberte, fundador del Cirque du Soleil.
La NASA , de acuerdo con el Doctor Rodolfo Neri , invierte cerca de 50 millones de dólares por cada astronauta que viaja en una tripulación, siempre de siete integrantes.
Para saber más sobre nuestra galaxia, consulta la página del Doctor Rododolfo Neri Vela: