El Día Internacional de los Museos se creó oficialmente en 1977, en Moscú. La iniciativa surgió a partir del Consejo Internacional de Museos, con la idea de unificar el trabajo que realizan estas instituciones para evolucionar y atraer al público. Desde 1992, cada año se establece un tema; en esta ocasión se eligieron las Historias Controvertidas. Es decir, mostrar aquello que no se acostumbra decir y puede ser desagradable, pero no deja de tener importancia para una sociedad.

Con el pretexto de esta conmemoración, el 18 de mayo, decidimos recopilar ocho museos que no pueden faltar en tu ruta al visitar un destino.

1. MUSEOS VATICANOS. EL VATICANO, ITALIA
No es un solo museo, sino una serie de galerías y estancias. Todos ellos muestran las piezas artísticas que los Papas han reunido al paso de los siglos. Es una tradición iniciada por Julio II, quien montó una colección de esculturas antiguas en lo que hoy es el Patio Octógono; entre ellas estaba el Apolo del Belvedere, hecho de mármol. Hay más de 20 museos. Cada uno puede tener más de una sala; están clasificados bajo diversos criterios o circunstancias, como temática, orígenes o periodo histórico. La Capilla Sixtina es uno de los recintos. Las colecciones abarcan todas las artes, incluyendo desde piezas arqueológicas hasta contemporáneas. El conjunto se localiza en la parte norte de El Vaticano. El acceso al público a las colecciones se reguló por primera vez en 1816.
Piezas imperdibles: la Capilla Sixtina no es la única obra maestra, pues la mayoría de las galerías tienen las propias. Tan solo la Pinacoteca resguarda San Jerónimo, de Leonardo da Vinci; Descendimiento de la Cruz, de Caravaggio; y, La Transfiguración, de Rafael Sanzio.
El tour: “Museos ocultos” es una visita guiada que incluye la entrada a la Capilla Nicolina y el Gabinete de las Máscaras, dos zonas que normalmente no están abiertas al público. Se programan paseos fuera de horario, con aperitivos incluidos. Entrada: 16 euros.

2. MUSEO DEL PRADO. MADRID, ESPAÑA
Cuando abrió sus puertas, en 1819, ya poseía mil 510 obras, de las cuales solo 311 estaban en exhibición. A partir de ese momento, se han sumado más de dos mil trescientas pinturas, así como esculturas y arte decorativo, entre otras. Al ser una colección fundada en piezas que pertenecían a distintos reyes, quienes tenían el propósito de reunir cuanto arte fuera posible de sus autores favoritos, se dice que es más bien un museo de pintores; en sus salas también presenta casi mil esculturas. La sede oficial es un edificio diseñado por Juan de Villanueva en 1785, que inicialmente se caracterizaba por tener tres recintos independientes. Con el paso de los años, el espacio se hizo insuficiente y tuvo que ser ampliado varias veces. En 1995, cuando no había más espacio dónde extenderse, comenzaron a adaptarse otros inmuebles del centro de Madrid. Este proceso terminará en 2019.
Piezas imperdibles: Las Meninas, de Diego Velázquez; El jardín de las delicias, de El Bosco; y, La Maja Desnuda, de Francisco de Goya.
El tour: a través de la fundación Amigos Museo del Prado, obtienes acceso a cursos, recorridos especiales y talleres infantiles, a cambio de una donación anual. También se ofrecen charlas de arte.
Entrada: 15 euros.

3. MUSEO NACIONAL DEL PALACIO. TAIPEI, TAIWÁN
En Taipei, se halla una construcción rodeada de vegetación que simula ser un antiguo palacio al norte de China. En su interior, resguarda la colección más amplia que existe de objetos relacionados con la cultura de este último país. Abarcan siete mil años de su historia, entre pinturas, dibujos, artes decorativas y documentos. Un golpe de estado en Pekín, en 1924, detonó su creación, pues el público deseaba conocer los tesoros del palacio real, guardados por generaciones. El repertorio llegó a Taiwán hasta 1965, tras unirse con otras galerías. Eran casi 609 mil piezas. Nunca se han dejado de adquirir objetos.
Piezas imperdibles: la Col de Jadeíta, de la dinastía Qing. Entre las adquisiciones de su historia reciente, vale la pena ver los trabajos caligráficos de Chen Bo, de la dinastía Song del norte y la pintura Mount Lu, de Chang Dai-Chien, artista del siglo XX.
El tour: el Museo Nacional del Palacio tiene una galería diseñada especialmente para los niños. Disponible en fin de semana.
Entrada: 250 nuevos dólares taiwaneses (ocho dólares estadounidenses, aproximadamente).

4. THE METROPOLITAN MUSEUM OF ART (MET). NUEVA YORK, ESTADOS UNIDOS
Lo interesante es que no solo abarca cinco mil años de historia en el arte, sino que su acervo proviene de todo el mundo. Posee artefactos de todos los continentes y no le pide nada a otros recintos: su colección egipcia es la más grande que existe fuera de El Cairo, con 26 mil objetos, y alberga, aproximadamente, dos mil 500 pinturas europeas. Además, toma en cuenta todas las artes.
La idea para crear la institución nació en 1866 y se hizo realidad cuatro años después. Hasta 1880 adquirió su actual sede, en la Quinta Avenida. Hay otros dos recintos: Met Breuer, de arte contemporáneo, y Met Cloisters, dedicado a la Edad Media.
Piezas imperdibles: vestigios egipcios del Templo de Dendur. Checa el área de pintura europea, incluye trabajos de Vermeer y Rembrandt; una de sus galerías incorpora obras precolombinas de países como Perú y México.
El tour: Se arman paseos temáticos. Por ejemplo, el papel de la moda en el arte.
Entrada: 25 dólares.

5. LOUVRE. PARÍS, FRANCIA
Tan solo el año pasado, 7.4 millones de personas visitaron este clásico parisino. Tienen una gran razón: resguarda algunas de las obras maestras más importantes a nivel mundial. Pero, su colección abarca mucho más: arte de las primeras civilizaciones y de la cultura occidental a partir de la Edad Media, hasta mediados del siglo XIX, así como una selección de origen islámico. Todo, clasificado en ocho departamentos.
No te imaginas por todo lo que ha pasado su locación. Comenzó como una fortaleza, fue un palacio renacentista y funcionó como residencia real por varios periodos, tras diversas remodelaciones y reconstrucciones; a partir de 1793, emprendió su evolución para convertirse por completo en museo. De hecho, dentro del Louvre hay toda una zona (The Pavillon de l'Horloge) dedicada a su historia. Por cierto, la famosa pirámide de cristal, que sirve como entrada, fue inaugurada en 1989, por el arquitecto chino I. M. Pei.
Piezas imperdibles: La Gioconda, la Venus de Milo y la Victoria Alada de Samotracia.
El tour: al ser tan extenso, es prácticamente imposible verlo todo en un día. Su sitio web ofrece varios itinerarios temáticos preestablecidos, disponibles para imprimir; uno de ellos te lleva por las obras maestras más famosas. El tour guiado “Bienvenido al Louvre”, en inglés, también te las muestra.
Entrada: 15 euros.

6. MUSEO DEL ORO. BOGOTÁ, COLOMBIA
Todo comenzó en 1939, cuando el Banco de la República (la institución bancaria central de Colombia) compró una pieza arqueológica hecha de oro, el Poporo Quimbaya; es una de las obras prehispánicas colombianas más preciadas. En la época, existía una preocupación de que los patrimonios de esta naturaleza se perdieran o salieran del país debido a la adquisición privada. Ese mismo año se funda el acervo del Museo del Oro. Desde entonces, la organización se enfoca principalmente en la orfebrería y cerámica de origen precolombino. Además de la sede oficial, hay otras seis galerías repartidas por el país.
Piezas imperdibles: además del Poporo Quimbaya, visita la Sala de la Ofrenda. Es un espacio circular que representa el sentido religioso que tenía la orfebrería para las culturas indígenas. Ofrece una experiencia de luz y sonido; en esa misma galería se encuentra otra de las piezas clave, la Balsa Muisca.
El tour: cada día hay recorridos gratuitos, pero dos veces a las semana son temáticos. Están abiertos a todo el público, pero pueden enfocarse en familias o académicos.
Entrada: cuatro mil pesos colombianos (26 pesos mexicanos).

7. MUSEO NACIONAL DEL VIRREINATO. TEPOTZOTLÁN, MÉXICO
Su enorme valor puede notarse desde la estructura que resguarda la colección: el Antiguo Colegio Noviciado de Tepotzotlán. Edificada entre los siglos XVII y XVIII, forma parte del Itinerario Cultural Camino Real de Tierra Adentro, declarado Patrimonio de la Humanidad. Opera como museo desde 1964. En él, alrededor de 34 mil objetos sirven como testigo del periodo colonial.
Su repertorio incluye obras de origen novohispano (en artes como pintura y escultura). A través de sus cuatro exposiciones permanentes, aborda distintos estilos de vida que se presentaron durante el Virreinato, como la organización conventual o los oficios de la época.
Piezas imperdibles: El Camarín de la Virgen de Loreto y la Capilla Doméstica. Destacan pinturas como San Juan escribiendo el Apocalipsis, de Martín de Vos. No olvides visitar los retratos de las Monjas Coronadas.
El tour: de martes a viernes hay visitas guiadas. Bajo reservación, se realizan paseos nocturnos.
Entrada: 70 pesos. Los domingos es gratuita.

8. HERMITAGE STATE MUSEUM. SAN PETERSBURGO, RUSIA
Más que un museo, parece una mini ciudad. El complejo principal consiste en seis edificios, de los cuales el Palacio de Invierno es el más famoso y espectacular. De estilo barroco, fue construido a mediados del siglo XVIII y funcionó como residencia real por 150 años; se convirtió en museo tras la Revolución de Octubre. En él comenzó de manera oficial la historia del Hermitage, con una colección de pinturas adquirida por Catalina la Grande, en 1764. La institución no solo se compone de arte: presenta documentos históricos, antigüedades rusas, libros y numismática. Supera los tres millones de objetos exhibidos.
Piezas imperdibles: la Madona Benois de Leonardo Da Vinci (edificio Viejo Hermitage). Hay una sala dedicada a Rembrandt, con 23 trabajos (Nuevo Hermitage); y, una exhibición de joyería que abarca piezas desde las primeras civilizaciones hasta principios del siglo XX, en la Treasure Gallery, dentro del Edificio del Estado Mayor.
El tour: existe un hotel oficial, a 15 minutos, que ofrece paquetes con acceso VIP al Hermitage.
Entrada: 700 rublos (12 dólares, aproximadamente).

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