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Desde hace 22 años he trabajado en muchos sectores de la industria de la hospitalidad, donde he visto el deseo japonés no solo de celebrar y mostrar con orgullo su cultura, sino también las tradiciones relacionadas con los bienes y servicios del exterior. Cada vez que he tenido la fortuna de visitar Japón, he sido testigo de su habilidad para tomar el concepto de las ideas que han visto alrededor del mundo, y luego perfeccionarlas.
Si tuviera que describir la cultura japonesa en tres palabras, serían: original, precisa y delicada. También he percibido la importancia de la paciencia, durante las ceremonias. Estos rituales se practican en muchos ámbitos, incluida la llamada industria de la hospitalidad.
Sigo encantado por la filosofía japonesa para la vida y el buen vivir, así como por la forma de influir en su celebrado estilo de bartending.
Las tradiciones del bartending japonés están reservadas para ciudades como Tokio, Osaka y Kioto. Ceremonias como la del sushi y teppanyaki, que han crecido fuera de Japón, requieren una etiqueta y un respeto sincero que solo los clientes y artesanos japoneses ponen en práctica de manera genuina.
Pueden transcurrir años antes de que a un aprendiz, en un restaurante de sushi, se le permita siquiera lavar los cuchillos, teniendo permiso solamente para estar en contacto con los clientes.
El aprendizaje estándar para las ceremonias del servicio de comida, bebida y té, puede durar unos siete años. Las tradiciones de las cosas más simples, como preparar una bebida, se practican una y otra vez hasta que se convierten en una refinada forma de arte.
La experiencia y la hospitalidad ritualizada en los bares en Japón se dejan llevar por la influencia de Omotenashi (el espíritu del servicio japonés), que abarca todo, desde el momento en que entras al establecimiento hasta que sales del mismo. Cuando ingresas a un bar, te saludan haciendo una reverencia de agradecimiento, y lo mismo ocurre cuando abandonas el recinto.
Te llegan a apreciar tanto como cliente, que el personal sigue despidiéndose de ti hasta que físicamente estás fuera del alcance de su vista.
Por tratarse de un artesano, ningún barman en Japón cuestionará jamás por qué ciertos elementos deben ser dominados a la perfección; simplemente trabajarán con ellos hasta ser lo suficientemente competentes como para que se les encomiende la realización de una nueva tarea en su camino hacia el objetivo final de servir con confianza y autoridad. El aprendiz escucha y observa al maestro, hasta que logra su calificación.
En los últimos 10 años la escena del bartending japonés ha presentado muchas herramientas innovadoras, las cuales incluyen vasos mezcladores, cucharas de bar alargadas y agitadores bellamente trabajados a mano, sin olvidar la amplia gama de utensilios con filo para tallar y esculpir el hielo.
Con toda esta innovación, un barman nunca pierde de vista lo más importante: la experiencia de la bebida, la cual inicia con un vaso o una copa, la temperatura del líquido y el más subestimado de los ingredientes… ¡el hielo!
Max Warner es Embajador Internacional de Marca de Chivas Regal