Bloqueador, toalla, sandalias, gafas y… traje de baño. Por alguna razón, esta prenda es lo último en que se piensa cuando se prepara la maleta de los niños para salir de vacaciones. Un buen número de padres creen que sus hijos pueden utilizar cualquier pieza que tengan o, bien, comprar lo que se les cruce en el camino.
Contar con un buen traje de baño es decisivo para que la diversión no se vea opacada. “La principal cualidad de esta prenda es que debe ser cómoda, de lo contrario, los niños no podrán disfrutar por completo su estancia en la playa o en la alberca. Una talla más pequeña puede producir irritación o sarpullido en la piel, mientras que un número grande los obligará a estarse acomodando el traje de forma continua”, dice la coordinadora de moda Anamargara Rodríguez.
También debe ser lo más ligera posible y tener la capacidad de secarse con rapidez. Los diseños confeccionados con nylon y poliéster, además de ser muy livianos, no pesan tanto cuando están mojados y no requieren mucho tiempo para eliminar la humedad. Anamargara considera que los modelos cuyo material contiene un porcentaje de elastano brindan mayor comodidad.
“En muchos casos, los padres son quienes eligen el traje de baño de los pequeños y suelen decidirse por diseños muy clásicos, de colores oscuros. No hay que olvidar que a los niños les gusta divertirse, por lo que apostar por colores vivos o estampados irreverentes es una buena alternativa. Tanto a los varones como a las niñas deben permitírseles escoger, si así lo desean, prendas con figuras de sus caricaturas o programas favoritos”, aconseja.
Ir a la segura
Entre los modelos más prácticos para los niños están el short —cuyo largo casi siempre cubre hasta la mitad del muslo— y la bermuda, que no debe rebasar la rodilla.
Es recomendable que estas piezas cuenten con una pretina elástica para no oprimir la cintura y con un calzón interno. Los trajes de baño muy pequeños, de tipo speedo, no resultan muy cómodos en la práctica.
Para las niñas hay bañadores completos y trajes de dos piezas para disfrutar del agua y el sol. “El estilo dependerá cien por ciento de los gustos de ella, no de si está delgada o llenita. A esa edad, todas se ven bonitas con lo que traigan puesto”, asegura Anamargara Rodríguez.
Si bien los diseños para niñas ofrecen una mayor variedad de detalles, como estampados, moños e incluso bordados, hay que cerciorarse de que no estorben ni incomoden, que no produzcan arañones o pesen en exceso.
La coordinadora de moda recomienda los modelos que tengan tirantes en lugar de aquellos que se amarran por detrás del cuello —al estilo halter—, ya que puede cansar a las pequeñas.
Cuando la piel de los niños es muy sensible, o se busca evitar a toda costa que se quemen o expongan prolongadamente a la radiación UV, puede apostarse por una playera especial de manga larga para entrar al agua, como las que utilizan los surfistas. La aplicación continua de bloqueador solar, aunado al uso de gorras, sombreros y gafas, ayudan a minimizar los efectos del sol.
TÓMALO EN CUENTA
1. Es recomendable tener dos trajes de baño, para dar tiempo a que se sequen entre cada puesta.
2. Los colores brillantes resisten mejor la radiación del sol y el cloro de las albercas que las tonalidades oscuras.
3. Hay que enjuagar el traje de baño luego de usarlo y nunca guardarlo mojado.
4. No hay que meter a los niños a la alberca o al mar con ropa normal, por cuestión de higiene y buen gusto.